- Los poderes judiciales tenemos el desafío de guiarnos por la razón, nunca por la fuerza o la discordia dirigida: ministra presidenta
- La ministra se reunió con personas juzgadoras de Mérida, Yucatán, a quienes pidió compromiso y responsabilidad social en su actuar cotidiano.
Mérida, Yucatán.- Los poderes judiciales enfrentamos desafíos definitorios para garantizar que los conflictos sociales se resuelvan por los principios que guían la razón y los derechos humanos, “nunca por la fuerza o por la discordia dirigida”, afirmó la ministra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Ante personas juzgadoras, la Ministra Presidenta subrayó que en México y en muchas partes del mundo, el reto es la permanencia de los Estados constitucionales y democráticos.
Durante el encuentro sostuvo que el Poder Judicial de la Federación (PJF) somos todos y ninguno en particular, porque un Poder del Estado no tiene nombre ni apellido, ya que las instituciones trascienden a nuestros cargos actuales y a las personas que hoy lo conformamos.
Por ello, Piña Hernández subrayó que “desde Yucatán hasta Baja California, los casi 50 mil integrantes del PJF tenemos la enorme responsabilidad de construir y definir día a día a nuestro instituto”, mediante la resolución de conflictos siempre con apego a derecho y respeto a la dignidad de las personas.
Refrendó su confianza en las y los integrantes del PJF por su compromiso y responsabilidad con la sociedad. “Que se escuche clara nuestra voz judicial a favor de la dignidad de las personas, del acceso a la justicia y de la paz social”.
Y agregó: “Usemos la voz judicial aplicando siempre al máximo nuestras habilidades, capacidades y, como faro, los principios de la ética judicial. Seamos conscientes en todo momento que la voz judicial es una voz colectiva”.
La Ministra Presidenta puntualizó que la función del CJF es, entre otras muchas, brindar los elementos necesarios para poder responder a la sociedad en su demanda de justicia. “Estamos
cumpliendo nuestra encomienda constitucional y legal de velar por la autonomía y la independencia de todos los órganos del PJF”.
Al encuentro y recorrido por diversas sedes judiciales en Mérida, Yucatán, asistió el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alberto Pérez Dayán.
MENSAJE DE LA MINISTRA NORMA LUCÍA PIÑA HERNÁNDEZ,P RESIDENTA DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL (CJF) Y DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (SCJN), DURANTE EL ENCUENTRO CON PERSONAS JUZGADORAS DEL DECIMOCUARTO CIRCUITO JUDICIAL FEDERAL EN MÉRIDA, YUCATÁN.
13 de agosto de 2023.
En el debate público surge la interrogante en ocasiones genuina, en otras meramente provocadora de ¿qué es el Poder Judicial Federal?, ¿De quiénes somos como institución?
Desgraciadamente para muchos el Poder Judicial de la Federación somos sólo los ministros. En ocasiones incluye a los Consejeros y algunos magistrados y jueces, cuyos rostros se exhiben en el intento por ponerle un nombre a la función jurisdiccional.
Un poder del Estado no tiene nombre ni apellido. El Poder Judicial Federal somos todos y ninguno en particular. Nuestra institución trascenderá a nuestros cargos actuales, a las personas que actualmente lo conformamos. Sin embargo, hoy ustedes y yo con cada actuación, con cada determinación, con cada contacto ciudadano somos la voz del Poder Judicial Federal.
Debemos ser muy conscientes de que, en el ejercicio de nuestras funciones, no sólo las jurisdiccionales, sino cualquier función relacionada con esta, usamos todos siempre la misma voz. Con esta voz judicial construimos nuestro prestigio. Con nuestra voz judicial bordamos, día a día, la confianza de la ciudadanía para que nos permita resolver sus conflictos, con apego a derecho y respeto a la dignidad de las personas involucradas. No tenemos nombre y un apellido, pero sí una misma voz.
En ocasiones, en muchas ocasiones, no la comparte quien no obtuvo una resolución favorable. Es parte de la naturaleza humana, pero la solidez de esa voz, plasmada en cada una de nuestras resoluciones, sólo depende de las razones y los argumentos
expresados en ella, los que deben ser siempre acordes con nuestra Constitución, con las leyes y con los tratados internacionales que el Estado mexicano ha suscrito a favor de los derechos humanos de las personas.
Desde Yucatán hasta baja California, los casi 50 mil integrantes del Poder Judicial de la Federación tenemos la enorme responsabilidad de construir, de definir día a día a nuestro Instituto. Respondamos al interrogante de quiénes somos, como diría Ruth Bader usando cualquier talento que tengamos para hacer nuestro trabajo lo mejor posible.
Usemos la voz judicial aplicando siempre al máximo nuestras habilidades, nuestras capacidades y como faro, los principios de nuestra ética judicial. Seamos conscientes en todo momento de que la voz judicial es una voz colectiva.
Amigos todos, estoy aquí en la hermosísima Mérida como Consejera de la Judicatura Federal, porque no solo estoy convencida, sino que la ley es muy clara al establecer que para preservar nuestra encomienda fundamental de impartir justicia, es indispensable atender a la organización y funcionamiento de los tribunales.
Nuestra función como Consejo de la Judicatura Federal es precisamente, entre otras muchas, brindar los elementos necesarios para que podamos responder a la sociedad en su demanda de justicia. Estamos hoy aquí cumpliendo nuestra encomienda constitucional y legal de velar por la autonomía y por la Independencia de todos los órganos del Poder Judicial Federal.
Venimos a escuchar, a observar, a dialogar para poder, juntos, mejorar nuestra institución, venimos a reflexionar y a deliberar críticamente cómo podemos continuar construyendo nuestra credibilidad ciudadana.
En México y en muchas partes del mundo, los integrantes de los poderes judiciales enfrentamos desafíos definitorios, no solo para la permanencia de los Estados constitucionales y democráticos de derechos, sino fundamentalmente para garantizar que los conflictos sociales se resuelvan por los principios que guían la razón y los derechos humanos. Nunca por la fuerza o por la discordia dirigida.
Confío en ustedes, confió en nosotros, confío en su compromiso y responsabilidad con la sociedad a la que servimos y en la cohesión de nuestra comunidad judicial. Que se escuche clara nuestra voz judicial a favor de la dignidad de las personas, a favor del acceso a la justicia y a favor de la paz social. Gracias.

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