Mérida, Yucatán.- Han pasado 50 años desde que Thelma Canto de Cetina vio cristalizado un anhelo, en conjunto con dos de sus colegas, al ser parte del equipo pionero que en 1975 conformó el Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi de la Universidad Autónoma de Yucatán (CIR-UADY).
Tras cinco décadas dedicadas a su profesión, la investigadora aseguró que tras la evolución que ha tenido este organismo, es para ella un sueño hecho realidad, fruto del esfuerzo y apoyo que en su momento recibieron de la academia, autoridades gubernamentales y de instituciones privadas.
“Yo comencé antes de que se formara el CIR, hice dos posgrados en el Instituto Nacional de Cardiología y otro en el Instituto Nacional de Nutrición, cuando terminamos el curso, el doctor Carlos Gual Castro nos invitó a formar Centros de Investigación con el fin de tener una red de colaboración, yo acepté la invitación y comenzaron a trabajar con la Facultad de Medicina, todo esto en 1973”, recordó.
De acuerdo con la doctora, estos trabajos iniciales fueron financiados por dos instituciones con recursos destinados para la compra de equipo de biológica reproductiva; mientras esto sucedía, la doctora trabajaba en el Hospital Agustín O´Horán en consultas de planificación familiar y esterilidad.
Posteriormente, el entonces rector de la UADY, Alberto Rosado G. Cantón, “vio que había personas que estábamos desarrollándonos en investigación y nos reunió al doctor Zavala Castro y a Heriberto Arcila, para platicarnos la idea de formar un Centro de Investigación; fue la coyuntura del tiempo lo que nos llevó a crear la parte biomédica del CIR y tiempo después llegaría la parte de Ciencias Sociales”.
Reiteró que para ella es un gran logro ver cómo ha crecido el CIR y las áreas que se han integrado, ya que al inicio organizaban, en conjunto con estudiantes de la Facultad de Medicina, campañas de detección de cáncer cervicouterino visitando municipios y comisarías.
“Es satisfactorio ver cómo se han añadido ramas de investigación, iniciamos con fisiología, medicina tropical y biología de la reproducción, ahora ya somos tantos y diferentes temas. Todos hemos trabajado, hecho las gestiones para conseguir dinero para las investigaciones, porque mucha gente cree que hacemos cosas que no impactan”, resaltó.
A esto, dijo, se suma que el CIR-UADY fue el primer laboratorio regional de la prevención prematura del hipotiroidismo congénito, una de las principales causas de problemas de tipo mental y, ante ello, el Centro de Investigaciones de la UADY formó parte de una red de laboratorios que comenzó con esta detección y recibía pruebas de la Península de Yucatán.
Vale la pena destacar que la también responsable del Laboratorio de Biología de la Reproducción recibió en 2019 el primer Premio “Dra. Rosario Barroso Moguel”, otorgado por la Academia Nacional de Medicina a las mujeres que forman parte de esta institución, momento muy significativo para ella porque además de ser la primera en recibirlo, rememora con cariño a la mencionada doctora con quién trabajó de cerca.
“Han pasado 50 años desde que comenzamos en el CIR-UADY y estoy segura que todavía quedan algunos años más, pues todavía tengo mucho que ofrecer a la investigación. Me siento muy afortunada de formar parte de esta historia, gracias al trabajo colaborativo, pero también por el apoyo que durante todo este tiempo he recibido de mi familia: padres, esposo e hijos, quienes siempre han entendido e impulsado cada sueño”, finalizó.
No hay comentarios.
Publicar un comentario