- El proceso de reconstrucción se basó en técnicas de
aproximación facial que utilizan restos esqueléticos para inferir rasgos
físicos.
- Este método, ampliamente empleado en la ciencia forense,
cierra la brecha entre la arqueología y la visualización moderna.
Roma (ZENIT Noticias).- Durante siglos, San Nicolás de Myra,
un obispo del siglo IV de Asia Menor, ha estado envuelto en mitos y leyendas.
Ampliamente reconocido como la inspiración detrás de Santa Claus, su realidad
histórica a menudo ha sido eclipsada por la alegre imagen de su contraparte
moderna, vestida de rojo.
Pero ahora, gracias al trabajo innovador del diseñador
brasileño Cícero Moraes y su equipo, el hombre detrás de la leyenda tiene un
rostro, literalmente.
Una fusión de ciencia y fe
Cícero Moraes, reconocido por sus reconstrucciones digitales
de figuras religiosas, colaboró con
expertos para darle vida a San Nicolás a través de técnicas avanzadas de reconstrucción facial forense.
El proyecto, que combina la ciencia con las ricas
tradiciones de la Iglesia Católica, buscó humanizar las reliquias del venerado santo y ofrecer una mirada
al pasado.
Moraes trabajó junto al Dr. José Luis Lira, un estudioso de
los santos católicos, y el Dr. Thiago Beaini, un dentista especializado en
análisis forense.
Utilizando datos craneales recopilados durante la
restauración de la cripta de la Basílica de San Nicolás en Bari, Italia, donde
se encuentran los restos del santo, en la década de 1950, el equipo recreó
meticulosamente su rostro.
El proceso detrás del retrato
El proceso de reconstrucción se basó en técnicas de
aproximación facial que utilizan restos esqueléticos para inferir rasgos
físicos. Este método, ampliamente empleado en la ciencia forense, cierra la
brecha entre la arqueología y la visualización moderna.
--“Acercamos los rostros de los santos a la realidad,
ofreciendo una conexión tangible con su existencia histórica”, explica Moraes.
“No se trata solo de visualizar el pasado; se trata de
fomentar la empatía y la comprensión. Si bien la fe trasciende la apariencia,
un rostro puede generar una conexión personal”.
La investigación fue documentada en un artículo científico
publicado por Ortog Online, que detalla los intrincados pasos de la
reconstrucción.
Más allá del ícono barbudo
¿El resultado? Una imagen sorprendentemente humana de San
Nicolás, con rasgos que se alinean con la época y la región en la que vivió,
muy alejada del jovial Papá Noel del folclore moderno.
Esta nueva representación retrata un rostro solemne y
curtido, que refleja la vida de un hombre que era conocido por su humildad,
piedad y actos de generosidad. La reconstrucción ofrece más que un retrato
histórico; también sirve como herramienta para examinar la vida y el legado del
santo.
-- “Al estudiar sus restos, no solo honramos su memoria,
sino que también descubrimos detalles sobre su salud física, dieta e incluso
las condiciones de su época”, señala Morales.
Un rostro para recordar, no para adorar
Si bien el proyecto ha sido recibido con fascinación,
Moraes se apresura a enfatizar que la imagen no pretende
alterar la fe.
--“La veneración de los santos no se basa en su apariencia
física, sino en sus virtudes y obras”, afirma.
“Es un puente hacia la comprensión, no un pilar de
devoción”.
Reconectando con la historia
Esta no es la primera incursión de Moraes en las
reconstrucciones religiosas. Anteriormente ha recreado los rostros de figuras
como San Antonio de Padua y Santa Catalina de Génova. Cada proyecto sirve como
recordatorio de la intersección duradera entre la historia, la fe y la ciencia.
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