- En estos escenarios, aumenta significativamente el peligro de sobredosis, adicción, violencia o abuso sexual, deterioro de la salud mental y transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS).
Mérida, Yucatán.- La Dra. Ligia Vera Gamboa alertó el aumento de la práctica del ChemSex entre los jóvenes, para intensificar la actividad sexual, con el consumo de sustancias psicoactivas como la metanfetamina, GHB/GLB, mefedrona, cocaína y ketamina; además del uso frecuente de poppers y alcohol.
Durante la conferencia virtual “Hablemos de Chem-sex”, como parte de la agenda institucional del mes de mayo de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), que este año aborda el tema “Prevención de Adicciones”, la especialista proporcionó información clave para reflexionar sobre el uso de drogas y su vínculo con el ejercicio de la sexualidad.
Mencionó que el término “chemsex” es una abreviatura de las palabras en inglés: chemicals y sex; se trata de un fenómeno relativamente reciente, que consiste en el uso de drogas psicoactivas con el objetivo de tener relaciones sexuales durante un largo período de tiempo, incluso varios días.
Vera Gamboa destacó que el incremento en su práctica está asociado a tres factores principales: mayor duración de las actividades sexuales, diversidad en las sustancias consumidas y consecuencias más graves para la salud. Esto ha derivado en un aumento en la demanda de atención en centros de salud sexual, así como en otros servicios médicos y sociales.
--“Estas drogas tienen efectos sobre el sistema nervioso central, algunos pueden ser depresores, otros pueden causar vasodilatación importante, como ha sucedido en España que se han reportado algunos casos de muerte en jóvenes por el uso de los famosos poppers. Lo que se conoce es que estos productos provocan una vasodilatación corporal y esto puede llegar a producir coágulos o algún infarto”, enfatizó.
Asimismo, indicó que entre las sustancias psicoactivas más comúnmente utilizadas en el chemsex se encuentran la metanfetamina, GHB/GLB, mefedrona, cocaína y ketamina; además del uso frecuente de poppers y alcohol.
Para concluir, la ponente advirtió sobre el riesgo elevado que representa esta práctica cuando se lleva a cabo en contextos grupales, como las llamadas “fiestas sexuales”, donde se prolonga durante varios días y participan numerosas personas. En estos escenarios, aumenta significativamente el peligro de sobredosis, adicción, violencia o abuso sexual, deterioro de la salud mental y transmisión de infecciones de transmisión sexual (ITS).
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