Descubren restos del Palacio de Axayácatl bajo el Nacional Monte de Piedad

El Nacional Monte de Piedad en cuyo subsuelo se encuentran los restos del Palacio de Axayácatl. Foto: Raúl Barrera R./PAU-INAH.
  • En el salvamento arqueológico del INAH también se detectaron vestigios de la morada del conquistador Hernán Cortés, posterior sede del primer Cabildo de la Nueva España y del Marquesado del Valle de Oaxaca

Ciudad de México.- Dentro de los muros de las Casas Viejas de Axayácatl acaecieron algunos de los episodios más decisivos de la conquista de México-Tenochtitlan, como la muerte del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, posiblemente, el 29 de junio de 1520; giros inesperados que minaron la relación entre mexicas y españoles hasta desencadenar la confrontación abierta.

El descubrimiento más reciente, hecho por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de vestigios de ese palacio prehispánico y de los restos de una casa construida bajo las órdenes de Hernán Cortés, mediante la reutilización de los materiales del edificio tenochca, reviven los hechos históricos cinco siglos más tarde.

Guiados por las fuentes históricas, para los arqueólogos no es ningún misterio que bajo los pisos del Nacional Monte de Piedad, uno de los edificios más emblemáticos del primer cuadro de Ciudad de México, ubicado a un costado de la Catedral Metropolitana, se encuentran los cimientos del Palacio de Axayácatl, el cual fue morada de la comitiva de Cortés a su llegada al corazón de Tenochtitlan.

En las últimas dos décadas y aprovechando obras de rehabilitación en la casa matriz de esa institución, diversos expertos del INAH han hallado retazos de la antigua residencia del padre de Moctezuma II, cuyos descubrimientos más recientes se registraron durante las intervenciones arqueológicas encabezadas por Raúl Barrera Rodríguez y José María García Guerrero, responsable y colaborador, del Programa de Arqueología Urbana (PAU), respectivamente.

Tras una inspección con motivo de trabajos emprendidos en la mitad norte del inmueble histórico, el personal del PAU efectuó un salvamento arqueológico entre los primeros días de septiembre de 2017 y mediados de agosto de 2018, concentrándose en el patio principal y un cuarto adyacente. Cabe mencionar que el proyecto continúa en la fase de investigación.

Las excavaciones dieron como resultado el hallazgo de pisos de lajas de basalto, los cuales debieron integrar parte de un espacio abierto del Palacio de Axayácatl, gobernante que dirigió los destinos de Tenochtitlan entre 1469 y 1481.

Asimismo, del periodo virreinal temprano (1521-1620 d.C.), se registraron los restos de una casa ordenada por Cortés. Ese espacio, el cual habitó el español por algunos años, también sería la sede del primer Cabildo de la Nueva España (hacia 1525) y del Marquesado del Valle de Oaxaca, concedido al conquistador cuatro años después.
Proceso de excavación del cuarto que formó parte de la casa de Hernán Cortés, la cual fue construida con los mismos materiales del Palacio de Axayacatl. Foto: Oliver Santana/Nacional Monte de Piedad.

La intervención arqueológica

En el marco de la campaña “Contigo en la Distancia”, de la Secretaría de Cultura, el responsable del PAU, Raúl Barrera, y su colaborador José María García, explican que excavaron 12 pozos de sondeo —de 2 metros por lado y 1.50 m de profundidad— en torno al patio principal del Nacional Monte de Piedad, donde se efectuaban obras para reforzar las columnas que lo delimitan y soportan el primer nivel del edificio.

 A través de los pozos, en los lados norte, este y oeste, se localizaron restos de un muro de piedra y argamasa —de 1.50 metros de alto por 1.25 m de ancho—, el cual sirvió de cimiento y desplante para una serie de columnas del inmueble edificado hacia 1755, lo que permite deducir que el patio central fue originalmente más amplio. También, en la sección oeste de este mismo espacio se encontraron los desplantes: basas y un fuste de otras columnas de la época virreinal temprana.

Sin embargo, las principales sorpresas aguardaban en el cuarto adyacente: los arqueólogos del PAU tuvieron la oportunidad de realizar una excavación extensiva, la cual permitió ubicar los restos de una habitación hecha con sillares de basalto y tezontle —de 5 por 4 metros—, cuyo desplante partía de un piso de lajas de basalto. Análisis posteriores permitieron concluir que ésta fue la morada de Hernán Cortés, una vez caída México-Tenochtitlan, en 1521.

Por debajo del firme de la casa cortesiana, a más de 3 metros de profundidad, se detectaron los restos de otro piso de lajas de basalto, pero de época prehispánica. Dadas sus características, los expertos sostienen que formó parte de un espacio abierto del antiguo Palacio de Axayácatl, probablemente, un patio.

Esquina sureste del cuarto virreinal con dos sillares empotrados que representan a la serpiente emplumada “Quetzalcoatl” y un tocado de plumas. Foto: Oliver Santana/Nacional Monte de Piedad.

Barrera y García hacen hincapié en que los vestigios de la naciente época virreinal corresponden a materiales reutilizados de las Casas de Axayácatl que, al igual que otras estructuras del Recinto Sagrado de Tenochtitlan, fueron destruidas por los españoles y sus aliados indígenas, casi hasta sus cimientos.

Ejemplo de lo anterior es que, empotrados en la fachada de la esquina interior sureste del cuarto colonial, se detectaron dos sillares prehispánicos trabajados en altorrelieve que representan una serpiente emplumada (Quetzalcóatl) y un tocado de plumas, los cuales debieron pertenecer a un panel del Palacio de Axayácatl. Así también, formando parte un fuste, se registró otra escultura mexica con el glifo que simboliza el tianquiztli o mercado.

Algunos de los materiales diagnósticos, los cuales permiten fechar de forma preliminar estos hallazgos, son restos de cerámica prehispánica y colonial, cuyos tipos (estilos) corresponden a los periodos históricos referidos: Azteca III: Anaranjado Monocromo, Negro sobre Anaranjado y Loza Texcoco Bruñida; además de loza vidriada y mayólica española y novohispana.

Casas Viejas de Axayácatl

Raúl Barrera, también investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, reflexiona que existen testimonios materiales que resultan elocuentes por su escasez, y es el caso de los recientes descubrimientos en el Nacional Monte de Piedad, los cuales “hablan” de la destrucción a la que fueron sometidos los edificios principales de Tenochtitlan, tanto con fines simbólicos como prácticos.

Pese a la humildad de estos testigos, esos pisos prehispánicos fueron los mismos por los que deambularon los invasores españoles y sus aliados a su llegada a Tenochtitlan, el 8 de noviembre de 1519. Moctezuma II les permitió alojarse en las casas viejas que habían pertenecido a su padre y, al poco tiempo, las convirtieron en su cuartel.

Estando en ese palacio, diversos hechos se suscitaron; por ejemplo, adecuaron una habitación para dar misa y, ahí mismo, mantuvieron cautivos a varios gobernantes, empezando por quien fuera su anfitrión: Moctezuma Xocoyotzin; Cuitláhuac, señor de Iztapalapa; Cacamatzin, tlatoani de Texcoco, e Itzcuauhtzin, señor de Tlatelolco, entre otros.

Luego de que el 22 de mayo de 1520, por orden de Pedro de Alvarado, se suscitó la matanza de la fiesta de Tóxcatl, en el Templo Mayor, los españoles se replegaron y regresaron al Palacio de Axayácatl. Ese hecho desató el enojo de los mexicas y, hacia finales de junio de ese año,  sitiaron a los invasores en ese inmueble. Hernán Cortés quiso contener la furia a través de Moctezuma, quien desde la azotea intentó aplacarlos, pero los esfuerzos fueron en vano, pues su hermano Cuitláhuac era el nuevo gobernante.

La noche del 30 de junio de 1520, los españoles huyeron a Tlaxcala por la calzada de Tlacopan (hoy Tacuba), dejando atrás de las Casas Viejas de Axayácatl.
Imagen en perspectiva de los muros Este y Sur de un cuarto de la casa de Hernán Cortés, véase en la parte inferior los restos de un piso prehispánico de lajas de basalto, después un relleno producto de la destrucción del Palacio de Axayácatl, que sirve de base a una plantilla de lajas igualmente de basalto sobre la que descansa el muro virreinal. Foto: Raúl Barrera R./PAU-INAH.

Casas de Cortés

Tras la caída de Tenochtitlan, los mexicas sobrevivientes fueron obligados a destruir, con sus propias manos, sus templos y palacios y, con los mismos materiales, a levantar la nueva ciudad. Las Casas Viejas de Axayácatl darían lugar a las Casas de Hernán de Cortés, las cuales fueron también sede temporal del primer Cabildo de la Nueva España, hacia 1525, y del Marquesado del Valle de Oaxaca, título nobiliario para hacerse cargo de una especie de gobierno, concedido por sus servicios a la Corona española, en 1529.

A la muerte del conquistador, en 1547, sus descendientes mantuvieron la propiedad. Martín Cortés Zúñiga, su hijo, heredó el marquesado, pero, en 1566, al verse involucrado en una conspiración que pretendía apoderarse del gobierno de la Nueva España, fue expulsado del virreinato. Las casas y el extenso terreno quedaron en manos de un apoderado legal y, ya en malas condiciones, fueron vendidas al Sacro Monte de Piedad, en 1836.

Luis Paniagua Hernández gana el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2020

  • El escritor guanajuatense obtuvo el galardón por su obra inédita Claro rastro del mundo oscurecido, firmado bajo el seudónimo de Recuco Funes
  • Este ensayo constituye un acercamiento creativo y original a la vida y las letras de la escritora uruguaya Ida Vitale.
  • El jurado, reunido mediante videoconferencia, estuvo conformado por Alejandra Atala, Gerardo de la Torre y Armando González Torres

Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), y el Gobierno del Estado de Morelos, mediante la Secretaría de Turismo y Cultura, anuncian que el ganador del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2020 es el ensayista y poeta Luis Paniagua Hernández, por su obra Claro rastro del mundo oscurecido.

El fallo fue otorgado por unanimidad, mediante videoconferencia en la que participaron los integrantes del jurado: Alejandra Atala, Gerardo de la Torre y Armando González Torres.

De acuerdo con el acta de deliberación, este ensayo constituye un acercamiento creativo y original a la vida y las letras de la escritora uruguaya Ida Vitale y, con ello, a una época dorada de la literatura hispanoamericana.

En entrevista, Luis Paniagua Hernández afirma estar “muy contento” de ser el ganador de un premio al que considera de gran importancia en el panorama literario del país, ya que está enfocado en cubrir temáticas y figuras alrededor de la cultura mexicana que son una muestra hacia otros países. “El que en esta ocasión se lo hayan otorgado a mi trabajo me llena de satisfacción y es un gran honor haber recibido la venia de este jurado que, además, es de primera calidad”, comenta.

El también autor de Los pasos del visitante (2006) contó que sus inicios en la literatura se remiten a los talleres de creación literaria que solía tomar como estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “A partir de esos primeros acercamientos fui dando paso a paso hasta que el día de hoy mi vida gira en torno a los libros, a la escritura, a la edición, a la cultura”, expresa.

El ganador recibirá el Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2020 durante una ceremonia que se celebrará de manera virtual el próximo mes de agosto, en el marco de la Feria del Libro de Morelos. El galardón consiste en un diploma y 150 mil pesos, además de la publicación de su obra.

Juventud prolífica    

Luis Paniagua Hernández estudió Letras hispánicas en la UNAM. Sus poemas han sido incluidos en las antologías Crimen confeso (2003) y Un orbe más ancho. 40 poetas jóvenes de México (1971-1983), (2005), entre otras. Ha colaborado en publicaciones como Acequias, Rocinante, Opción y Literal.

En el año 2000 obtuvo el primer lugar en el género de poesía del concurso José Emilio Pacheco y en 2004 el premio en el mismo género en el concurso Punto de Partida.

Es autor de los poemarios Los pasos del visitante; Maverick 71 (2013), por el cual obtuvo el Premio Literal Latin America Voices; Casa (2014), que lo hizo ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía San Román (2017), y Umbrales (2018). Es coautor de los libros colectivos Espacio en disidencia (2005) y Al frío de los cuatro vientos (2006).

Galardón con historia

El Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry fue convocado por primera vez en 1986 por el INBAL, a través del Instituto Regional de Bellas Artes de Cuernavaca, Morelos, con la intención de fomentar el quehacer intelectual en el país.

Aunque se ha declarado “desierto” en cuatro ocasiones y no se convocó en cinco, desde entonces se ha entregado a 24 escritores nacionales y extranjeros con residencia en México, en esta ocasión la convocatoria se emitió en el marco de la campaña “Contigo en la distancia”.
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