- La artista plástica formó parte de la Generación de la Ruptura
México, DF:- Marysole Wörner Baz exploró en más de cinco
décadas de trabajo desde medios tradicionales de la expresión plástica hasta
algunos acercamientos a los terrenos de la instalación, el arte efímero y los
espacios invertidos, para conseguir una propuesta solidaria, humanista y
preocupada por el devenir humano. La artista plástica, quien formó parte de la
Generación de la Ruptura, falleció ayer
domingo 22 de junio a los 77 años.
La también artista visual, quien fue miembro del Sistema
Nacional de Creadores del Arte del Fonca, instancia del Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes, fue velada en su casa en el fraccionamiento Las
Cabañas, en el Estado de México; se prevé que los restos sean incinerados este
lunes en Tultitlán, Estado de México.
Nacida en la Ciudad de México, el 17 de agosto de 1936, en
el seno de una familia dedicada a la pintura, Marysole Wörner mostró su talento a temprana edad; a los ocho
años creó su primer claroscuro donde se observa a una serie de personas con una
hoguera en medio.
Su formación autodidacta, su cercanía con artistas
extranjeros mayores a ella y el lanzamiento inicial de su carrera en Francia,
le permitieron mantenerse al margen de las diferencias entre los artistas
plásticos en México en las décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo XX.
Descubierta por la crítica de arte Margarita Nelken, Marysole
Wörner montó su primera exposición en
1955. Por afinidad y convivencia fue relacionada con los artistas europeos
exiliados en México, como Remedios Varo, Leonora Carrington, Vlady, Mathias
Goeritz, Francisco Moreno Capdevilla y Benito Messeger.
A pesar de su creciente éxito y ampliación de sus medios de
expresión —de la pintura al dibujo y la escultura— le sobrevino una época en la
que no produjo; posteriormente, en los setenta, regresó con una nueva visión,
lo que le valió exposiciones en el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte
Moderno, el Museo del Chopo, entre otros.
Entre sus obras destacan sus óleos con espátula, tallas en
madera y grabados policromáticos.
"Es una luchadora que sublima la fuerza en
sensibilidad. En toda su obra, conjunta la brutalidad y la hermosura como
sinónimos de la vida y la muerte, de la muerte y la vida", escribió la
crítica y artista Graciela Kartofel con motivo de la exposición de pintura y
escultura, Materia viva en el Antiguo Palacio del Arzobispado en 2008.
Este año, Marysole Wörner Baz sufrió un derrame cerebral y
el pasado 20 de marzo anunció la donación de su acervo a la Fundación Carlos
Slim conformada por 300 piezas entre escultura en metal y piedra, óleos y
dibujos que abarcan seis décadas de creación.
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