Brasil.- Al igual que Dino Zoff, que había anunciado su
dimisión tras el fracaso de Italia en la final de la Eurocopa 2000, Cesare
Prandelli renunció inmediatamente después de la eliminación de la Nazionale en
la fase de grupos de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014™.
“Cuando el proyecto técnico falla hay que asumir las
responsabilidades”, comentó en la misma noche de la derrota ante Uruguay (1-0).
El revés frente a los sudamericanos ha supuesto un duro golpe, aunque quizás no
haya sido más que la gota que colma el vaso.
Íntegro, exigente, firme y asociado a una imagen propia del
deporte, Prandelli siempre ha sido estricto en cuanto a la disciplina,
siguiendo el código ético que él mismo había implantado, y no soporta la
injusticia. A su llegada al frente de la selección, al término de la cita
sudafricana, cuando Italia atravesaba un bache, obtuvo el respaldo unánime de
directivos, jugadores y tifosi, que veían en él al hombre adecuado para llevar
a cabo la renovación del equipo. Su gran logro, además de alcanzar la final de
la Eurocopa 2012 y hacer una buena Copa FIFA Confederaciones, ha sido dejar
atrás la imagen del catenaccio vinculada con Italia.
Su incondicional apoyo al apasionado Mario Balotelli suscitó
numerosos debates a medida que se sucedían los incidentes o las gestas de su
pupilo. Contra viento y marea, Prandelli siempre defendió su decisión: “Ante un
talento como el suyo, hay que tener paciencia, simplemente. Luego llega el
momento en el que el talento debe asumir sus responsabilidades”. Sin embargo, a
pesar de ver puerta contra Inglaterra, Super Mario ha tenido una actuación
discreta en este Mundial, al mostrarse reticente a hacer su parte de trabajo
defensivo.
Responsabilidad asumida
El capitán, Gianluigi Buffon, ya antes del anuncio de la
dimisión de Prandelli, no se mordió la lengua a la hora de criticar a
determinados jugadores, aunque sin querer dar nombres. “A menudo oímos decir
que hacen falta cambios. Que Buffon, Pirlo, De Rossi, Chiellini y Barzagli son
viejos. Pero la verdad es que cuando hay que tirar del carro los viejos son los
primeros en hacerlo”, opinó. “Hay que respetarlos un poco más, no por lo que
han sido, sino por lo que siguen representando”.
Después de la derrota contra Costa Rica (1-0), en un duelo
en el que Italia pareció aletargada y agotada por los esfuerzos realizados
durante el primer partido, el entrenador se mantuvo fiel a su línea,
incorporando a un delantero, Ciro Immobile, en lugar de sustituir a Daniele De
Rossi, enfermo, por otro centrocampista defensivo. Balotelli e Immobile nunca
habían jugado juntos antes, y no llegaron a combinar en ningún momento. “No
tuvimos ni una sola ocasión, quizás por limitaciones técnicas o porque no
estábamos bien estructurados”, explicó el estratega italiano. “Ha sido un error
mío, el proyecto técnico no ha funcionado, por lo que asumo toda la
responsabilidad”.
Fue un error que una simple genialidad de Balotelli habría
borrado. Decepcionado por su delantero, al que retiró en el descanso, sin duda
consciente de que una opción táctica más atrevida hubiera podido cambiarlo
todo, enojado por los comentarios acerca de su contrato —que había renovado
hasta 2016, justo antes del torneo— y plenamente sabedor de que iba a ser la
diana de todas las críticas y polémicas, Prandelli ha preferido pasar página él
mismo. Fiel a sus principios.
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