- Hace falta investigación para determinar políticas públicas en el país
- Se han encontrado sustancias cancerígenas en líquido y vapor de los cigarrillos electrónicos
México, DF:- Los cigarrillos electrónicos se comercializan
al margen de toda regulación e información para los consumidores, por lo se
necesita que las autoridades de salud analicen tanto el contenido de los
líquidos utilizados en estos dispositivos, como las medidas aceptadas para
verificar la seguridad de quienes los consumen.
Por ello, la Comisión Permanente de la Cámara de Senadores aprobó un dictamen con punto de acuerdo en el
que demanda a la Secretaría de Salud informar acerca de los resultados de
investigaciones científicas, respecto de los posibles daños a la salud que
pudiera producir el uso de los cigarros electrónicos, a fin de contar con los
elementos suficientes para regular su uso en el país.
El cigarrillo electrónico pareciera no ser tan dañino como
el convencional, sin embargo, hace falta más investigación para determinar con
certeza las políticas públicas que deberán implementarse en cuanto a su uso,
detalla el dictamen.
En el texto se destaca que, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), el tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública
en el mundo, pues mata a casi seis millones de personas al año, de las cuales,
más de cinco millones lo consumen o lo han consumido y más de 600 mil son no
fumadoras, expuestas al humo ambiental, es decir, fumadores pasivos.
La adicción a la nicotina por consumo de tabaco fumado,
masticado o aspirado, causa una afectación directa a la salud y favorece el
desarrollo de enfermedades cancerígenas en las vías respiratorias.
En este sentido, los llamados cigarrillos electrónicos son
dispositivos con forma de cigarrillo -aunque también los hay en forma de puro y
pipa de agua- que no contienen tabaco y que pueden ser utilizados con o sin
nicotina, saborizantes y otros ingredientes utilizados en la fabricación de los
cigarrillos.
Dichos dispositivos –describe el dictamen- funcionan
mediante un sistema electrónico con batería recargable, con la que se produce
calor y un atomizador vaporiza una mezcla con o sin nicotina, propilenglicol y
otros compuestos químicos y, se utiliza inhalando el vapor producido, simulando
a los cigarrillos tradicionales.
Asimismo, en el punto de acuerdo propuesto por la senadora
del PRD, Dolores Padierna Luna, y que dio pie a este dictamen, señala que en
países como España, Brasil, Canadá, Finlandia, Israel, Líbano, Países Bajos,
Suecia, Turquía y Reino Unido, se comercializan estos productos y en la mayor
parte de ellos se establecen declaraciones de ser inocuos y de facilitar la
deshabituación o la reducción del consumo, sin embargo, su seguridad y eficacia
aún no han sido demostradas.
Por tal motivo, expone, no se pueden excluir los riesgos
para la salud asociados al uso o a la exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos,
entre los que destacan el que a corto plazo, se han hallado efectos
fisiológicos adversos en las vías respiratorias similares a los asociados al
humo de tabaco, por lo que son necesarios más estudios para conocer los efectos
a largo plazo.
“Se han encontrado sustancias cancerígenas en líquido y
vapor de cigarrillos electrónicos, y se han descrito efectos adversos
relacionados con su uso, algunos severos, y la utilización de estos productos
genera emisión de propilenglicol, partículas PM2.5, nicotina y sustancias
cancerígenas que contaminan los espacios cerrados”, agrega.
Además, se ha mostrado que después de cinco minutos de
utilización del producto, aumenta la resistencia de la vía aérea y disminuye la
fracción exhalada de óxido nítrico, cuyo patrón de cambios en los mecanismos de
las vías aéreas y del óxido nítrico exhalado es similar al que se produce
después de la inhalación del humo del tabaco.
Por ello, algunos especialistas consideran plausible que a
largo plazo los cigarrillos electrónicos puedan producir cambios permanentes en
la función pulmonar, como ocurre con el tabaco y, por ello, son necesarios más
estudios para conocer los efectos a largo plazo del uso de estos.
Los principales ingredientes –propilenglicol, glicerina y
aromatizantes- han sido aprobadas para su uso en alimentos pero eso no
significa que sean seguros para ser inhalados repetidamente, como ocurre con
los cigarrillos electrónicos, expone el dictamen.
Asimismo, el Instituto Francés de Consumo, en su análisis de
muestras de cigarrillos electrónicos, ha denunciado la existencia de
deficiencias de mecanismos de seguridad para proteger a los niños porque la
dosis de nicotina que contienen puede ser letal para éstos.
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