- La alineación japonesa de tambores sorprende al público
Mérida, Yucatán.- Los muros del Centro de Convenciones
Yucatán Siglo XXI vibraron con cadencia y acentos de música ritual emanados del
conjunto de percusiones Tokyo Dageki Dan, alineación japonesa fundada en 1995
por Jin-ichi Hiranuma, que se presentó como parte de las actividades del
Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2014.
En el marco de este evento, dicha agrupación brindó un
espectáculo de tambores en el salón Progreso del citado recinto, donde se
congregaron cientos de personas para presenciar la extraordinaria ejecución de
los nipones.
En un mundo dominado por la tecnología, el poder hipnótico
de las percusiones, con toda su carga primitiva y mística, cautivó los sentidos
de los asistentes, quienes sintieron literalmente la música en la piel, cuando
el taiko retumbó en todo el espacio con la pieza inicial.
Tras la primera interpretación el líder de la banda,
Jin-ichi, tomó el micrófono para dirigirse a la audiencia en el idioma español
y presentar a cada uno de sus integrantes, que al grito de “¡viva Yucatán!”
prosiguieron la velada.
Las múltiples encarnaciones del tambor, desde aquel de voz
profunda como el odaiko hasta el redoble del shime-daiko, estuvieron
exhibiéndose en el entarimado, donde sorpresivamente se escuchó el dulce sonido
de una flauta transversa que pintó el ambiente con la acústica oriental, propia
de la tierra del sol naciente.
Así, con ágiles y vigoroso movimientos de brazos y armados
con baquetas, los intérpretes arrancaron vida a sus instrumentos con una
euforia controlada, que ascendía en explosiones sonoras para luego descender
con suavidad el ritmo y tono.
Aunque la música de Dageki Dan parte de las raíces
folclóricas de Japón, sus creaciones cuentan con una sofisticación que apuesta
al futuro, como lo demostraron a mitad del concierto, cuando tres de los
integrantes ejecutaron una melodía con el tsuzumi, similar a una cabalgata y a
la cual siguió un ambiente bucólico a partir de agudas claves que sonaban bajo
el escenario.
Cada una de las piezas del espectáculo fue interpretada con
una dotación distinta de tambores, de tal suerte que el público tuvo
oportunidad de conocer toda la capacidad de expresión de dicho instrumento en
su vertiente japonesa.
La emotividad, la pasión y la entrega de los músicos nipones
hicieron de la noche una experiencia única dentro de las actividades del
FICMaya 2014.
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