Roma, Italia.- El Papa Francisco arremetió contra los
obispos que hacen todo lo posible por llegar, y cuando lo hacen se pavonean,
viven únicamente para su vanidad. “El Episcopado, dijo, es un servicio, no un
puesto para mandar".
En la audiencia del miércoles aseveró que "ser obispo
significa tener siempre delante el ejemplo de Jesús, que como buen pastor, ha
venido no para ser servido, sino para servir, y para dar su vida por los
demás".
La lectura de hoy giró en torno a la necesidad de que el
obispo sea honesto, hospitalario y amigo del bien, sensato y justo. No amante
de los lujos o del vino, según decía la carta de San Pablo a Tito. Obispos
irreprensibles como administradores puestos por Dios. Una llamada de atención
que Francisco se encargó de convertir en aldabonazo a la conciencia de los
responsables eclesiásticos.
El Papa se dirigió a los obispos que estaban a su lado. Los
miró y sonriendo les dijo: "¿Lo habéis escuchado?" "Somos
pecadores pero os pedimos que recéis por nosotros para que al menos nos
parezcamos a aquello que nos pide San Pablo, ¿de acuerdo?"
"Cristo no deja de suscitar los ministerios para
edificar la comunidad cristiana como su Cuerpo. Entre estos ministerios, se
distingue el episcopal: el obispo, ayudado de los presbíteros y los diáconos,
es Cristo mismo que se hace presente y continúa construyendo su Iglesia,
asegurando su protección", apuntó el Papa, quien reclamó la importancia de
la "Santa Madre Iglesia jerárquica", a través de la cual "la
Iglesia ejerce su maternidad".
"Jesús envió a los apóstoles a anunciar el
Evangelio", señaló el Papa, apuntando que "los obispos y sus
sucesores están puestos al frente de la comunidad cristiana, como garantes de
la fe y signo vivo de la presencia del Señor en medio de ellos".
"No se trata de una posición de prestigio, de un cargo
honorífico. El obispo no es una autoridad, es un servicio, porque así lo quiso
Jesús" recordó el Papa, quien pidió descartar "la mentalidad humana
que habla de la carrera eclesiástica. No, no debe ser así. El episcopado es un
servicio, no un cargo para mandar".
"Ser obispo significa tener siempre delante el ejemplo
de Jesús, que como buen pastor, ha venido no para ser servido, sino para
servir, y para dar su vida por los demás", añadió Francisco, quien recordó
a los obispos que han de acoger su ministerio "en obediencia, no para
elevarse sobre los demás, si no para rebajarse, como Jesús, que se humilló
hasta el final haciéndose obediente hasta la muerte en cruz".
"Es muy triste cuando se ve un hombre que quiere este
oficio, que hace todo lo posible por llegar a ser obispos, y cuando llega no
vale, se pavonea, vive únicamente por su vanidad", denunció.
No hay comentarios.
Publicar un comentario