- Académicos y especialistas reflexionan respecto al centenario luctuoso del exmandatario
- Primer periodo de nuestra historia donde hay crecimiento económico sostenido; muchos se preguntan cómo habría sido México sin Díaz: Rafael Tovar y de Teresa
México, DF.- El
Coloquio Sobre el Porfiriato inaugurado este jueves 2 de julio en el marco del
centenario luctuoso de Porfirio Díaz Mori, se suma a las actividades
organizadas en la ciudad de Oaxaca en torno al análisis de la vida del hombre
que ha sido descrito lo mismo como héroe, dictador y visionario, que como el
gran modernizador de México.
Además de la inauguración de la exposición La grandeza del general Porfirio
Díaz. De su puño y letra, en la sede del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez,
donde se reúnen documentos históricos del periodo 1877-1881, en las instalaciones
de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca (FAHHO) dio inicio el coloquio con la
presencia de especialistas que desarrollarán del 2 al 4 de julio uno de los más
completos análisis en torno a la figura de Díaz y sus años en el poder.
Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes (Conaculta), desarrolló el tema Porfirio Díaz,
entre las fiestas de la Patria y la soledad del exilio, mientras que el
especialista Rubén Isaac Austria Sandoval participó con la ponencia La imagen
del general Porfirio Díaz vista a través de la sucesión presidencial en
1910.
También estuvieron presentes Miguel Rolando Herrera López,
con el tema La formación intelectual de Porfirio Díaz en el Seminario
Pontificio de la Santa Cruz: efectos en el régimen porfiriano, así como el
académico Ricardo Orozco Ríos, con la conferencia Porfirio Díaz, una semblanza
de su vida masónica, y David Moreno Cruz, con la participación General de
División Porfirio Díaz Mori, ¿por qué soldado de la Patria?
Durante su intervención, Rafael Tovar y de Teresa,
presidente del Conaculta, afirmó que para entender a Porfirio Díaz hay que
verlo como un hombre del siglo XIX, en una patria asolada por guerras e
intervenciones.
“No debe ser visto desde una época del siglo XX en el que
las categorías históricas nos llevarán a tener una visión totalmente
desbalanceada, sino verlo, como un hombre de su tiempo con una visión muy clara
de lo que debería de ser el futuro para México”.
El titular del Conaculta dijo que las fiestas del Centenario
de la Independencia, celebradas en febrero de 1910, pueden verse como el
símbolo del final de un régimen que duró 34 años, y hacer una valoración
pública, nacional e internacional, de estos tiempos como una etapa
culminante y renovadora de México.
“Durante el siglo XIX México enfrentó un proceso de
emancipación que duró 11 años hasta las intervenciones francesa y
estadounidense, con la devastación del territorio nacional, así como continuas
guerras entre imperialistas y federalistas, entre centralistas y federalistas,
y entre liberales y conservadores. Para la época en que Porfirio Díaz cumplió
27 años, en 1867, es decir, cuando se da el triunfo republicano, ya le había
tocado ver y vivir bastante destrucción”.
Rafael Tovar y de Teresa recordó que este proceso representó
cambiar los elegantes vestidos virreinales por los harapos del país
independiente, y en México todo estaba por hacerse: los caminos, los puentes,
los ferrocarriles, las relaciones con el resto del mundo y también la democracia.
“Porfirio Díaz se encargó de todo, con la ayuda de algunos
ministros y gobernadores logró sanear las finanzas públicas, echó a andar los
motores económicos de varias regiones y mantener una paz en la República
sustancialmente mayor a la que el país había conocido en los años anteriores,
así como estrechar los lazos con las potencias extranjeras”.
El presidente del Conaculta aseveró que el porfiriato es el
primer periodo de nuestra historia donde hay crecimiento económico sostenido,
en el que el mercado nacional se inserta en el comercio internacional, razón
por la cual muchos se preguntan cómo habría sido México sin la figura de Díaz.
“Creo que encontraríamos respuesta en esta simple
afirmación: Díaz fue para mí un hombre que entendió su tiempo, que supo ver su
realidad y actuar en consecuencia. Supo que era un tiempo de grandes avances
científicos y económicos que exigían crear, modernizar y construir, si se
aspiraba a que México fuera una nación con futuro, y eso me lleva a repetir
otra afirmación: No podemos entender a Díaz, a su pensamiento y acciones sino
en su propio contexto como un hombre del siglo XIX”, concluyó el presidente del
Conaculta.
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