- Pide la intervención del presidente Peña Nieto y la titular de la PGR
- Estaba con su hija y dos sobrinas. El chofer del autobús abrió la puerta a los delincuentes, apagó las luces y cerró puertas y ventanas
La afectada dijo que los hechos ocurrieron el 7 de junio a
bordo de la unidad 5270 de la empresa ETN cuando abordó, junto con su hija y
dos sobrinas, el autobús 5270 de la Ciudad de México a San Luis Potosí, cerca
de las 9:10 de la noche.
Indicó que ya interpuso la denuncia correspondiente en la
Procuraduría General de Justicia del Estado de México.
Aseguró que en San Luis Potosí ha recibido el apoyo del
gobernador Juan Manuel Carreras López, el procurador Federico Garza Herrera,
así como del comandante José Castillo Celestino, aunque se dijo decepcionada de
la subprocuradora de Delitos Sexuales, Magdalena González Vega, de quien no
tuvo ningún tipo de apoyo.
Señaló que alrededor de una hora de que inició el trayecto,
después de pasar la caseta del municipio de Tepotzotlán, Estado de México, se
detuvo el camión porque había mucho tráfico, debido a que estaban arreglando la
carretera, por lo cual había muchos carros y tráileres alrededor del autobús.
A los 10 minutos de estar ahí, subieron al camión dos
sujetos armados, sin ningún tipo de oposición por parte del chofer, quien
incluso apagó las luces y cerró puertas y ventanas. Los dos sujetos subieron y
comenzaron a amenazar a los pasajeros. La pesadilla comenzaba.
Veo que suben dos hombres, sube uno y empieza a decir que todos atrás, además de quitarles sus pertenencias y dinero, en eso a mi sobrina y yo nos paran para llevarnos atrás y uno de los hombre le pega a mi sobrina en la cabeza, y a mí me pega con la pistola, gracias a Dios mi hija y mi otra sobrina se metieron al baño, ahí se encerraron y mi hija en el baño le manda un mensaje a su papá y le dice que nos están asaltando, que tenía miedo de nos maten, y le mandó nuestra ubicación”.
Mencionó que una vez que los asaltantes pusieron a los
pasajeros en la parte trasera, uno se quedó en la parte delantera del autobús,
y el otro con los viajeros.
Señaló que el delincuente que se quedó en la puerta le dice
a ella que le dé el dinero; le da su bolsa y su monedero, todo lo que tenía, y
le dice que se vaya a su lugar. En eso venía el delincuente que se fue atrás y
la agarra del brazo.
Me dice vente al asiento delantero, agáchate lo más que puedas, bájate los pantalones. Me tira al piso de los asientos delanteros; se da cuenta que tengo una cangurera y se enoja, se la avienta al otro. Entonces me golpea y me agarra del cuello, me empieza a violar con la pistola en la cabeza, diciéndome una bola de cosas, diciéndome que me iba a bajar del autobús, que me iba a llevar, que no dijera nada porque me iba a matar”.
Una vez cometida la violación el delincuente vuelve con los
demás pasajeros y les exige más cosas, mientras que el sujeto que se había
quedado en la puerta le dice que se quite toda la ropa. “Yo pienso que este
otro me va a violar, me bajo mi ropa y me dice ‘no quiero eso de ti, quiero tu
ropa interior’. Me la quito y se la doy, me dice vístete, vete a tu lugar”, en
eso llega el otro delincuente, la agarra del brazo y le dice vámonos, entonces
el otro sujeto le dice a su compañero que la deje y que se vayan. Entonces me
avienta en el asiento y se van”.
Cuando todo pasa, los conductores de los tráileres del
alrededor llegan al camión y preguntan sobre lo ocurrido, pero dijo que el
chofer de ETN nunca le dio importancia a lo ocurrido, pues sólo les dijo que
había sido un asalto, que golpearon a una señora, pero que no pasó nada grave.
Para ese momento ya estaba con su hija y sobrinas, además de
que había comunicado a su esposo que la habían violado. Cuando llegan la
Federal de Caminos y la policía, el chofer entra al camión y dice: “alguien
quiere denunciar, yo sugiero que no denuncien, nos van a tardar”. Los pasajeros
le dicen a ella que haga lo que crea conveniente y decidió en ese momento no
denunciar.
Yo lo que quería era llegar a mi casa, bañarme, y estar en mi casa”.
Asimismo, señaló que los policías responsabilizaron al
chofer por no aplicar los protocolos de seguridad en estos casos, pues no oprimió
el botón de pánico; él se excusó diciendo que lo encañonaron los asaltantes,
pero no fue así. Además lamentó que no se haya retenido el autobús, pues ahí
estaban todas las pruebas de lo ocurrido, como su sangre.
Ante los hechos, Ortiz Macías pasó por varias etapas, en las
cuales aún está inmersa. Lo importante primero era su estado físico; estuvo
internada dos días en un hospital, se hizo pruebas de sangre, se tomó la
pastilla para evitar alguna complicación por la violación. Fue un proceso
complicado que ella misma narra: “para mí fue muy difícil dar esta entrevista,
enfrentarme a los medios, porque parte de mi familia estaba preocupada por mi
estabilidad emocional, por lo que me fueran hacer, por las amenazas que fuera a
recibir, que cómo podía hablar de ETN, una empresa tan poderosa, que me van a
decir loca. No me importa, es una realidad, es una compañía que te ofrece
seguridad y no te la da, no le importa el pasaje, les importa ganar dinero, no
les importa lo que haga el chofer. Para mí dar la cara, decirlo abiertamente,
fue difícil”, señaló.
Recordó que el pasado 10 de junio fue su cumpleaños y se
levantó a las cinco de la mañana con un gran coraje dentro de ella, y la
impotencia ante estos hechos.
¿Por qué pasa esto en México?, ya no está uno seguro ni en su casa, ni en la carretera, en un autobús, era un autobús de primera, que te cobra una lana, que no hace paradas; es mentira porque hay miles de personas que han tenido ataques en esos autobuses y se callan, yo no me voy a callar, lo voy a decir despacio y fuerte, pensé mucho en esto, dije ¡basta!, señor presidente, señora procuradora, usted es mujer. ¿Les valemos madre?”.
Mencionó
que no va a parar con esto, a pesar de que la van a tratar de amenazar, “no me
importa, estoy diciendo la verdad, quiero que se haga algo, quiero que esa
gente que iba conmigo me llame, que denunciemos, que alcemos la voz. ¡Ya basta,
ya basta, señor presidente, ya basta!”.
Comentó que si se decidió a denunciar públicamente esta
situación es porque todas las mujeres en México que sufren este tipo de
violencia prefieran callar, pues muchas no tienen valor para hacerlo, algo
entendible porque en México, a pesar de que se denuncian los hechos no se hace
nada para castigar a los responsables, por ello dijo que quiere ser la voz de
las mujeres para que tomen fuerza y denuncien, pues aseguró que es momento de
parar esta violencia.
Gracias a Dios aguanté todo, me aguanté el dolor de la violación, de los golpes, pasó por mi mente en ese momento que me iban a matar, que me iban a bajar de ese autobús, que me iban a hacer cien mil cosas más, que me iban a tirar en el monte, y no iba a pasar nada, Gracias Dios estoy con vida y lo puedo contar, gracias a Dios estoy aquí con ustedes”, concluyó.
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