Ciudad de México.- Si bien la actividad aeróbica es una de
las claves para un estilo de vida saludable, la contaminación del aire y el
ejercicio pueden ser una combinación poco saludable. Esto es especialmente
cierto en las personas que padecen asma, diabetes o afecciones del corazón o
los pulmones.
Los niños pequeños, las personas mayores y los individuos
que trabajan o hacen ejercicio al aire libre pueden ser particularmente
sensibles a los efectos de la contaminación del aire exterior.
La contaminación del aire exterior puede provenir de
diversas fuentes:
· Tráfico de
vehículos motorizados
· Polen de
flores, árboles y arbustos
· Polvo que
esparce el viento
· Quema de madera
· Construcción
· Actividades
agrícolas, como criar animales y despejar la tierra
· Plantas
eléctricas
“Si bien es cierto que la exposición a la contaminación del
aire puede causar problemas de salud en cualquier momento, la combinación de
esta con el ejercicio aumenta las probabilidades”, explicó el Dr. Edward R.
Laskowski, experto del Centro de Medicina del Deporte de Mayo Clinic.
Uno de los motivos de este riesgo mayor es que, durante la
actividad aeróbica, sueles inhalar más aire y lo llevas más profundamente hacia
los pulmones. Y como es más probable que durante el ejercicio respires
profundamente por la boca, el aire que respiras suele no pasar por las fosas
nasales, que en general filtran las partículas presentes en el aire
contaminado.
Algunos de los problemas de salud relacionados con la
contaminación del aire comprenden:
· Dolores de
cabeza
· Irritación
de los ojos, la nariz y la garganta
· Daño en las
vías respiratorias de los pulmones
· Aumento del
riesgo de tener asma
·
Empeoramiento del asma o de otras afecciones pulmonares existentes
· Aumento del
riesgo de ataque al corazón y accidente cerebrovascular
·Aumento del
riesgo de muerte por cáncer de pulmón y enfermedad cardiovascular
Las personas que viven en diversas partes del mundo,
especialmente en las ciudades más grandes, suelen estar expuestas de forma
regular a niveles de contaminación del aire que están muy por encima del límite
recomendando por la Organización Mundial de la Salud. Lo que no está claro es
qué nivel de exposición se considera peligroso en relación con la práctica de
deportes o actividades físicas, cuánto tiempo tiene que durar la exposición, o
qué tipos de contaminación del aire exterior son más nocivos con el paso del
tiempo.
“Sin embargo, dado que el ejercicio tiene beneficios
evidentes para la salud, no es recomendable dejar de hacer ejercicio por
completo, salvo que un médico lo haya indicado”, aclaró el Dr. Laskowski.
“Algunas investigaciones demostraron que los beneficios a largo plazo del
ejercicio regular superan los riesgos relacionados con la exposición a la
contaminación del aire”, agregó.
El experto ofreció algunas recomendaciones para que las
personas que acostumbran a practicar ejercicios puedan mantenerse lo más
saludables posible, que parten de buscar maneras de minimizar la exposición a
la contaminación del aire:
Controla los
niveles de contaminación del aire. Siempre es importante buscar información sobre la calidad del aire, y
mantenerse pendiente de las alertas de contaminación que emiten las autoridades
y medios de comunicación.
Mide
atentamente la duración de los ejercicios. Se debe evitar la actividad física
al aire libre o reducir la intensidad y duración del ejercicio al aire libre
cuando se emite una alerta sobre la calidad del aire.
Es importante recordar que los niveles de contaminación del
aire suelen ser más elevados cerca del mediodía o por la tarde, por lo tanto se
recomienda evitar los ejercicios al aire libre en estos momentos del día.
· Evita las
zonas de contaminación elevada. Es probable que los niveles de contaminación
sean más elevados a 1/4 de milla (400 metros) de distancia de la carretera. Los
entornos urbanos y las áreas para fumar al aire libre también suelen tener
niveles de contaminación más altos.
· Haz
ejercicio en interiores. Una buena opción puede ser cambiar la rutina de
ejercicios con actividades ocasionales bajo techo, en especial los días en que
la calidad del aire es mala. Tomar una clase de gimnasia, visitar el gimnasio
local o correr varias vueltas en una pista cubierta.
“En el caso de las personas con asma, diabetes u otra
afección, lo correcto es consultar con su médico cuál es el momento seguro para
que hacer ejercicio”, concluyó el Dr. Laskowski.
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