- El lugar de sábanas reciben láminas de papel aluminio para que se cubran al dormir
El presidente y el secretario de la Conferencia del
Episcopado Mexicano, cardenal José Francisco Robles Ortega, y Mons. Alfonso G.
Miranda Guardiola, en nombre de los obispos de México, advirtieron que la
separación forzosa de los niños podría ser causa de graves ilícitos que
vulneran la integridad de los menores.
El texto completo del mensaje de los obispos de México:
Ciudad de México a 19 de junio de 2018
Saludamos con la paz de Cristo, a todos los hombres y
mujeres de buena voluntad.
Los obispos mexicanos manifestamos nuestra grave
preocupación ante el anuncio que el gobierno de los Estados Unidos ha hecho
respecto de que casi 2 mil niños migrantes han sido separados de sus padres en
las últimas semanas. De esta manera, se eleva el total de niños en esta
situación a casi 4 mil del año pasado a la fecha. En esta misma línea el Papa
Francisco ha manifestado su preocupación sobre el creciente número de niños,
niñas y adolescentes migrantes no acompañados que existen en algunas partes del
mundo. Las familias no deben ser separadas. Al contrario, el bien común se
consolida con la unidad de las familias.
Este es el resultado de una política migratoria de
"tolerancia cero", que promueve el arresto a todos los adultos que
intentan entrar de manera ilegal a los Estados Unidos, incluyendo aquellos que
buscan asilo y huyen de condiciones de peligro y vulnerabilidad en sus países
de origen. Mientras los adultos son arrestados y detenidos, los niños
acompañantes son separados de sus familiares y enviados a diferentes
instalaciones de detención.
Así mismo nos preocupa que también existen muchos niños
migrantes solos o que se encuentran en compañía de personas que no son sus
padres o sus tutores oficiales, en cuyo caso, están más expuestos a ser presa del
crimen organizado o de la trata de personas. Estos niños es preciso rescatarlos
por razones humanitarias y tratarlos de manera justa, respetando con gran
cuidado sus derechos humanos.
Hacemos un fuerte llamado al gobierno de Estados Unidos, a
salvaguardar la integridad de las familias migrantes y el derecho que, tanto
padres e hijos tienen de permanecer unidos. La soberanía política de cualquier
Estado descansa en una soberanía anterior y mucho más fundamental: la soberanía
de las familias. Las familias poseen una dignidad que les es propia y que no es
fruto del estatus migratorio de sus integrantes sino de su propia naturaleza
como célula esencial de la vida social. Además, separar a las familias, genera
consecuencias más peligrosas y dañinas para los niños, porque los hace más
vulnerables y los expone a otros riesgos que, sin el cuidado y resguardo de los
padres no podrán afrontar. El interés superior de los niños tiene primacía
sobre cualquier otra cuestión o discusión en esta materia.
Confiamos a Santa María de Guadalupe las esperanzas y el
cuidado de todos los migrantes y refugiados, y muy especialmente de los niños y
niñas latinoamericanos que padecen esta situación en los Estados Unidos.
Jesucristo nos recuerda a todos: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a
unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt
25,40).
Por los obispos mexicanos,
+ Card. José Francisco Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la CEM
+ Mons. Alfonso Miranda Guardiola
Obispo Auxiliar de Monterrey y Secretario General de la CEM
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Agencias |
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