- La inspiración para crear obras de terror tiene un origen distinto al de hace dos siglos
Las escritoras tuvieron oportunidad de hablar sobre cada uno
de sus procesos creativos, de los temores que trabajaron para cada obra en lo
particular y cómo fueron desarrollando tanto a sus personajes como los
ambientes en los que se desenvolvían.
Al inicio de su
intervención Aguilar señaló: “Parecería coincidencia que los textos que fueron
escritos por Lord Byron, John William Polidori y Mary Shelley en la Villa
Diodati en 1816, estuvieron inspirados en la penumbra que dejó a Europa sin
verano, producto de la erupción del Volcán Tambora en Indonesia, puesto que
justo ahora vivimos en nuestro continente una erupción de magnitud catastrófica
en el país vecino, el Volcán de Fuego, que ha producido historias de terror
entre la población del pueblo hermano”.
Así, “esta condición de tragedia de la realidad actual está
presente en las novelas escritas, pues se incrustan en lo que el teórico de las
letras, Todorov, ha definido como literatura de lo fantástico moderno”,
continuó.
Las piezas literarias: El paisaje del Ciego, La caza de la
ballena azul (El Juego Suicida), Flor de Sal, El mar no devuelve a sus muertos
y Berenice, fueron escritas a orillas del lago de Valle de Bravo, en una
estancia similar a la que los románticos del siglo XIX hicieron para construir
piezas mundialmente conocidas como Frankenstein y El Vampiro.
La diferencia entre aquéllas y éstas es por supuesto el
tiempo en que fueron escritas, dos siglos de diferencia, por lo cual cambian
los temas, pero no sólo eso, sino que también cambia la manera en que se
concibe lo fantástico o lo imaginario.
En el caso de la proeza que logró Mary Shelley, por ejemplo, la experiencia con
la otredad difiere de la que observamos en el siglo XXI. Los miedos, los
temores, lo terrorífico en siglos pasados se atribuían en la manera clásica a
los personajes que incluían los mitos. Por ello, los fantasmas, los vampiros, los
muertos vivientes eran lo que nos asustaba como humanidad hasta no hace muchas
décadas. Pero ahora eso se ha demolido, pues los mitos y las mitologías también
se han ido destruyendo con la revolución que implicó la modernidad, la cual
individualizó al ser humano y lo contrajo para interiorizar sus temores.
Esta experiencia en la que las autoras concluyen que los
monstruos, aliens y brujas ya no son lo que actualmente nos aterra, desbocó su
imaginación para que sus personajes lidien con temores más presentes como el
miedo a perder la vista, los peligros del Internet, el abuso, las fobias, la
superstición y la culpa.
Por otro lado, las escritoras Ison, Piazza, Campos Hanon
adelantaron que presentarán sus novelas el sábado 25 de agosto a las 11:00
horas en la Feria Universitaria del Libro 2018, en Hidalgo.
Sus libros El paisaje del Ciego, Flor de Sal, La caza de la
ballena azul (El Juego Suicida), El mar no devuelve a sus muertos y Berenice,
pueden ser adquiridos en las librerías El Péndulo, Gandhi, El Sótano y en otros
puntos de venta como Kindle (para los dos primeros).

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