Mírame bien soy #Trisomía21

Hoy Paola, del lejano 2005 cuando su llegada conmocionó a la familia, es una jovencita que ya cepilla sola su larga cabellera. Su sueño es conocer a Y

Mírame bien: #Trisomía21

Ana Paola nació aproximadamente a las seis de la tarde, en el hospital del ISSSTE. Todo el embarazo fue normal, no había signos de alerta. El médico familiar, el obstetra y el pediatra registraron el parto a la hora indicada. La niña fue llevada a los cuneros. Mientras la madre descansaba en su cuarto. Casi ocho horas después, en la madrugada, una enfermera llegó y le dijo: tu hija tiene síndrome Down.

Fue un balde de agua más que helada. Los padres no estaban preparados. Carmen, su madre, lloró desconsoladamente junto con su esposo Miguel. La primera reacción fue de furia contra la institución, después llegó la aceptación y luego, por las expectativas de vida que le dieron los médicos, comenzó una carrera contra el tiempo.

Carmen se volcó en Paola. Inició la estimulación temprana. Comenzó a llevarla en todas las terapias posibles. Inició en el Centro Holístico y en Paso a Pasito. En la equinoteraía asiste desde que tenía un año de edad, también nadó con delfines. En el CRIT no fue aceptada porque ya hablaba y caminaba, resultado de la estimulación temprana que había recibido.

El kínder la hizo en el "Roberto Casellas Rivas" y luego buscando que su hija se integre a niños normales la inscribió a la escuela primaria "Adda Ruth Peniche Sierra". Como Paola no podía llevar el programa oficial, ella se las ingenió y elaboró sus propios programas educativos, de tal manera que la niña acudía a ambos planteles acompañada por una sombra, hacía la tarea que su propia madre le había preparado y se la daba a la maestra (como todos los niños) para que se la "calificaran". Así, ella aprendía a convivir con niños normales y a su vez éstos aprendían empatía e inclusión.

--"No le lleve jamás a escuelas especiales para personas con discapacidad por que ella aprendía también de los niños típicos regulares", señala Carmen.

En casa le acondicionó un cuarto especialmente para ella con juegos para estimular su aprendizaje. 

Mírame bien: #Trisomía21

Mírame bien: #Trisomía21

Mírame bien: #Trisomía21

Mírame bien: #Trisomía21

Mírame bien: #Trisomía21

Carmen nunca ha demostrado lástima a Paola por su condición. Lleva un estricto control de sus terapias. No es permisiva. Paola tiene que ir a sus terapias, madurar y ser autosuficiente. "Es que, qué va a hacer mi hija cuando yo no esté", dice. Tiene que ser independiente, aprender a valerse por sí misma", subraya.

Este camino está lleno de piedras. Su ímpeto también ha chocado con otras miradas. Una mamá la acusó en el DIF de maltrato por obligar a Paola a entrar a su terapia. El caso llegó hasta el presidente municipal, quien la citó con el jurídico donde analizaron el caso. Resultado: Paola obtuvo una beca para seguir sus terapias.

Carmen hacía, hizo y hace todo para que su niña siempre tenga una terapia. Siempre está averiguando dónde hay cursos, talleres y reuniones con padres. Su meta es hacer independiente a su hija.

Año con año celebra su cumpleaños con un pastel. En estos dos años de pandemia la familia está encerrada a cal y arena, por la condición médica de Paola. Cuando las autoridades cambiaron el semáforo, comenzaron a salir e irse lejos, a la playa. El cuidado es máximo.

Hoy Paola, del lejano 2005 cuando su legada conmocionó a la familia, es una jovencita que ya cepilla sola su larga cabellera. Su sueño es conocer a Yahir.

Hoy es Día Internacional del Síndrome de Down

Es un logro y Carmen sonríe.

Marzo de 2022

No hay comentarios.

Publicar un comentario

© all rights reserved
Hecho con