- Con apuntes privados, Venustiano Carranza Peniche, abrirá un ciclo de conferencias que estará dedicado a la vida y obra de su abuelo
- La actividad académica es organizada por el INAH, la LXII Legislatura y el Centro de Estudios de Historia de México
México, DF.- “Nunca he sido menos libre que ahora, que estoy
buscando la libertad de mi pueblo”, le escribió don Venustiano Carranza
(1859-1920) a su esposa Ernestina Hernández. Con esta expresión queda perfilada
la vida de un personaje que antepuso su compromiso político con el país, a su
vida personal, reflexiona Venustiano Carranza Peniche, quien abrirá un ciclo de
conferencias que estará dedicado a la vida y obra de su abuelo.
“Venustiano Carranza fue un hombre que definió muy bien su
objetivo de vida y éste era la política. A partir de 1909 toma una acción
permanente en lo que fue la prerrevolución y de ahí hasta su muerte en 1920”,
incluso años atrás, en 1913, cuando tomó la difícil decisión de conformar el
Ejército Constitucionalista, llegó a expresar a su familia que desde ese
momento tenía la vida contada.
Con estos apuntes familiares marcados por la trayectoria
pública del Varón de Cuatro Ciénegas, en el Museo Casa de Carranza, este 22 de
agosto a las 17:00 horas, el ingeniero Venustiano Carranza Peniche dará inicio
al ciclo de conferencias organizado por el Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH), la LXII Legislatura y el Centro de Estudios de Historia de
México, Carso-Fundación Carlos Slim.
El año de 1909, cuando don Venustiano Carranza aspiraba a la
candidatura por su estado natal, Coahuila, y le es negada por el presidente
Díaz, marcó el inicio de una ajetreada agenda que lo llevó buscar a los Clubes
Antirreleccionistas creados por Francisco I. Madero y a entrevistarse con él, a
fin de organizar el movimiento armado de 1910.
Para entender la clara vocación política de quien fue
presidente de México, de mayo de 1917 a mayo de 1920, hay que remontarse a
1527, cuando llegó el primer Carranza —en la expedición de Pánfilo de Narváez—
al territorio que siglos después sería México. Sin embargo, el padre, el
coronel Jesús Carranza Neira, quien participó en las guerras de Tres Años y de
Reforma, fue su influencia directa.
“Al papá de don Venustiano le toca crecer en un México muy
convulso y es un nacionalista, eso lo transmite a los hijos: Jesús muere
secuestrado durante la Revolución, Sebastián también participó en ella y Emilio
hizo un levantamiento en Coahuila, es decir, en el seno de la familia se vivía
un ambiente de cierta conciencia política local, regional, que don Venustiano
pudo llevar al plano nacional”.
Como explica el ingeniero Carranza Peniche, su familia,
junto con otras ocho, fundó hace 300 años el pueblo de Cuatro Ciénegas, “por lo
que el concepto de tierra, de región, lo tenían muy claro”. Virginia Salinas,
la primera esposa del revolucionario —también llamado “Rey Viejo”— era de
Cuatro Ciénegas, y con ella tuvo a sus dos hijas Julia y Virginia, y a un niño
que falleció a corta edad. Con su segunda esposa, Ernestina Hernández,
procrearía a Jesús, Venustiano, Emilio y Rafael.
Son escuetos los datos que se pueden rescatar de la vida
privada de Venustiano Carranza. Cabe recordar que en 1911 Pascual Orozco quemó
su casa de Cuatro Ciénegas, y en el incendio debieron perderse documentos
internos y familiares, a lo que se suma su carácter reservado como han anotado
algunos biógrafos, entre ellos, Javier Villarreal.
“Tengo unas cartas en donde le comunica a mi abuela
(Ernestina Hernández), que se encuentra en La Laguna extendiendo el movimiento
y que está totalmente dedicado al trabajo. En una de las misivas le expresa:
‘Nunca he sido menos libre que ahora, que estoy buscando la libertad de mi
pueblo’. Así se lo dice porque realmente a la familia ya no la veía.
“En casi todo el legajo de cartas familiares anuncia que no
podrá pasar a casa y si puede lo hará en la noche. De 1911 a 1920, nunca tuvo
una vida familiar regular. Le decía a su mujer, ‘platícale de mí a mis hijos’,
él era consciente de que la relación con los últimos cuatro había sido muy
poca”.
El 5 de mayo de 1920, Carranza recibe informes de que el
ejército se ha vuelto en su contra, por lo que decide trasladar su gobierno a
Veracruz, entre ese día y la partida del convoy pasaron dos días, mismos que
debió utilizar para despedirse de la familia.
“En el caso de mi padre (el hijo mayor, Jesús Carranza
Hernández), se entera de la muerte de su papá por El Universal. Baja las
escaleras de la casa, el 22 mayo, y encima de la mesa estaba el periódico cuyo
titular decía: Asesinado el presidente Carranza”, recuerda Venustiano Carranza
Peniche, a la vez comenta que su abuela para guardar luto, hubo de teñir las
ropas de negro porque sabía que se avecinaban épocas difíciles con los
sonorenses en el gobierno.
Julia, la hija mayor, en su nombre y en el de sus hermanos,
rechazó la pensión que les ofreció Álvaro Obregón, acusado de ser el autor
intelectual del asesinato de Venustiano Carranza, sucedido en Tlaxcalantongo,
Puebla.
Con su participación en el ciclo de conferencias Vida y Obra
de Venustiano Carranza, su nieto no espera dar un sitio a su abuelo, “que ya lo
tiene, sino dar cuenta de un hombre con sus errores, un hombre de carne y
hueso, pero que sí tenía claro que antes que nada, como decían sus padres, la
patria está antes que la familia”.
Expertos del INAH, la UNAM, el ITAM y el Centro de Estudios
de Historia de México, abordarán, en conferencias posteriores, la relación de
Carranza con el ejército, los medios, la cuestión agraria y con personajes como
Francisco J. Mújica y Adolfo Ruiz Cortines, entre otros aspectos.
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