Chetumaleño quiso emular a Lili Elbe: pidió a veterinario quitarle los testículos

José Ángel Hernández Ruvalcaba
  • El transgénero se restablece en el Hospital O’Horán de Mérida

Mérida, Yucatán.- José Angel Hernández Ruvalcaba, de 40 años de edad, un chetumaleño avecindado en el puerto de Progreso, se sometió a una operación de cambio de sexo con un veterinario: decidió quitarse los testículos y contrajo una fuerte infección que ameritó su ingreso al Hospital O’Horán.
El caso ha llamado la atención. En su página de Facebook, Hernández se declara transgénero y días antes de tomar la decisión posteó en su muro un artículo titulado “El primer cambio de sexo de la historia” que documenta el caso del pintor danés Einar Mogens Wegener  quien nació en 1886 y que el  5 de marzo de 1930 ingresaba en un quirófano de Berlín.
--“Había nacido en un cuerpo equivocado y cuando saliera de la sala de operaciones debía asumir una nueva identidad, la de Lili Elbe un nombre con el que su propia esposa le hizo bautizar, señala el documento que influyó en Hernández Ruvalcaba.
La historia señala que a pesar de que se había especulado con que Wegener era hermafrodita y se reconoce a la norteamericana Christine Jorgensen como la primera que decidió cambiar de sexo, la historia de Lili Elbe es uno de los primeros casos de transexualidad registrados.
--“Se dice que más tarde Lili Elbe intentó un trasplante de ovarios sin éxito y que esta operación fue la causa de su muerte.
El escritor David Ebershoff transformó este hecho real en un argumento para una novela que narra básicamente la historia de amor de dos personas que nunca llegaron a separase, convirtiéndose en hermanas y musas para los cuadros de una y de otra.
Pretendiendo emular a Lili Elbe, Hernández Ruvalcaba pidió a un amigo veterinario le practicara una orquiectomía bilateral, un procedimiento alternativo para la supresión de los andrógenos en personas transexuales, usado para resaltar los rasgos femeninos.
Se sometió a la intervención, que consistió en abrirle el escroto con un bisturí y luego el veterinario ató las gónadas con hilo dental, con lo que se buscaba que los testículos cayeran por si solo con el paso del tiempo al ser “estranguladas”.
Como en esa historia, el individuo tiene una esposa, al parecer sordomuda, y procreó un hijo.

Las autoridades informaron que se encuentra fuera de peligro en el Hospital O’Horán.

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