Faltan leyes y políticas públicas para atender y revertir el deterioro y erosión de suelos

  • La pérdida de un centímetro de suelo por erosión eólica e hídrica, equivale a desplazar 150 toneladas/ha

México, DF.- El gobierno y la sociedad tienen la responsabilidad y el compromiso de preservar y mejorar la calidad de los suelos del país. Debemos prevenir y atender su deterioro, porque “si se acaba el suelo, no habrá posibilidad de producir alimentos que exige la población”. Esto precisa de la emisión de leyes y nuevas políticas públicas acordes con la magnitud de zonas y regiones afectadas por la erosión, dijo el director general del Colegio de Postgraduados, Jesús Moncada de la Fuente.
En una ceremonia con motivo de la celebración del “Día Mundial del Suelo”, instituido por la UNESCO, afirmó que debemos ser responsables con las generaciones futuras y dejarles un medio ambiente saludable, sin contaminación ni deterioro de los recursos naturales. “Lo contrario, dijo, es un descuido institucional y de la sociedad que puede ser irreversible en muchas regiones”.
Ante investigadores, académicos y funcionarios federales y de organismos internacionales como la FAO, y de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, señaló la necesidad de conciliar la importancia que tiene la conservación de la calidad de suelos, del agua, el desarrollo de las plantas que permiten la alimentación humana, con los intereses de la sociedad. “No podemos ignorar que nuestros suelos se pierdan y hagamos nada por impedirlo”, enfatizó. Los antepasados Mayas, Aztecas e Incas dejaron obras que son ejemplo de conservación y de respeto de los recursos naturales, dijo el académico.
En los tiempos modernos no se justifica que exista la práctica de la “tumba-roza y quema” en la región sureste, pues hay la certeza y la información de que los suelos tienen una gran actividad microbiana que ayuda al desarrollo de los cultivos, que es necesario preservar. Propuso la creación de la Comisión Nacional del Suelo, como entidad gubernamental para atender el problema de la desertización del país, al cual no se le ha dado la importancia que merece.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, David Espinosa Victoria, manifestó que los recientes huracanes “Manuel” e “Ingrid” arrastraron millones de toneladas de suelos de varios estados mexicanos, hacia el mar y las partes bajas con inundaciones extraordinarias por la razón de que se ha destruido la cubierta vegetal, en ocasiones por ignorancia y en otras por el aprovechamiento irracional de zonas forestales con propósitos agrícolas y ganaderos.
Propuso impulsar la educación, la investigación y el extensionismo tecnológico para frenar el deterioro de los suelos que ya alcanza más del 70 por ciento del territorio nacional, sin que existan planes y programas concretos ni instituciones federales, estatales y municipales, que ataquen directamente el problema.
Hoy, dijo en un tono de lamento, muy pocos sabemos que se celebra el “Día Mundial del Suelo”, pero seguramente millones de personas en México y el mundo, saben que también se ha instituido –este jueves 16 de enero-- el “Día Mundial de los Beatles”. Aspiramos a que en el futuro, celebremos todos, jóvenes, adultos y adultos mayores, conservar nuestros suelos en las mejores condiciones de calidad y sanidad, dijo.
Por su parte, el investigador del Colegio de Postgraduados y director del Centro Internacional de Capacitación para el Aprovechamiento de Agua de Lluvia, Manuel Anaya Garduño, señaló que la pérdida de un centímetro de suelo por efecto de la erosión eólica e hídrica, equivale a desplazar 150 toneladas por hectárea de materia orgánica de suelos. Esto ocurrió el año pasado debido a los ciclones señalados, porque ya no hay cubierta vegetal que mitigue la fuerza de esos fenómenos.
En el mundo también avanza el fenómeno de la erosión, apuntó y dijo que África ocupa el primer lugar. Se han identificado regiones donde el suelo africano aparece en Brasil, por efecto de los vientos. Los países asiáticos ocupan el segundo lugar y el tercero el Continente Americano, con México y países centroamericanos a la cabeza.
Los suelos, añadió, no sólo son afectados por la erosión física del viento y el agua, sino que hay contaminación química, biológica y microbiológica, y afirmó que “una nación que destruye sus suelos, se destruye a sí misma”, con referencia a una frase de Franklin D. Roosevelt, ex presidente norteamericano. Destacó que la disminución de suelos, pone en peligro la seguridad alimentaria y nutricional.

Finalmente el vicepresidente de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo y colaborador del CONACYT en Baja California Sur, señaló que la calidad del suelo se refleja en la calidad del agua, como ocurre en esta entidad, donde el agua es el recurso limitante y ya enfrenta fuertes problemas en su calidad. En los últimos años, dijo, la explotación minera en busca de oro y cobre, se ha convertido en un problema fuerte de contaminación de suelos en la región, en la cual se estima que el 40 por ciento de los pozos de donde se extrae agua, están contaminados incluso por arriba de la norma oficial mexicana.

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