- En el pensamiento y la obra de Rodari la imaginación es un territorio en sí mismo que se diferencia de la realidad
En el marco de la 34 Feria Internacional del Libro Infantil
y Juvenil (FILIJ), la investigadora realizó un homenaje al periodista y
escritor de libros infantiles, ganador del Premio Hans Christian Andersen,
conocido como el Pequeño Nobel, con la ponencia titulada La piedra en el
estanque.
Consideró que el arte de Gianni Rodari sigue abierto a las
preocupaciones más actuales de los jóvenes de hoy, tanto en la forma como en el
contenido, con obras comprometidas, a menudo militantes que se esfuerzan por
desmitificar los ídolos de consumo, pero que al mismo tiempo se caracterizan
por una fantasía y una invención perpetuas.
“Su tono tan espontáneo recuerda mucho al de los
improvisadores y narradores dotados y llama la atención su humor a la vez
tierno y grave y su lenguaje personal y pintoresco repleto de juegos de
palabras y bellos rasgos expresivos”.
En su trabajo literario –destacó- la mente es una, la
vivencia infantil no está separada en pedacitos y esto despoja al discurso de
ideas preconcebidas, abre opciones inmediatas para que la voz de los lectores
se manifieste.
Por ello, de acuerdo con Carola Díez, cada una de sus obras
representa una invitación abierta a la autoría, pues dejan explícitamente mucho
sitio a los lectores para que trabajen en esto.
“Se constituye en un poderoso instrumento para conocer,
entender y enunciar el mundo y sus complejidades (…) Sus creaciones se dan en
un contexto y una época en que la construcción de un mundo más justo y para
todos no era una idea romántica inalcanzable, sino el imperativo cotidiano para
el trabajo de mucha gente”.
Desde el Teatro de las Artes del Cenart, la especialista de
origen argentino dedicó la última parte de su reflexión a las conexiones entre
la realidad mexicana y la vigencia de la propuesta de Gianni Rodari con
referencia a la escuela, el lenguaje, el juego y la imaginación.
“La palabra creatividad ha sufrido un gran desgaste y la voz
de Rodari pone el punto sobre la i cuando dice que la palabra creatividad es
sinónimo de pensamiento divergente, capaz de romper continuamente los esquemas
de la experiencia. Es creativa una mente que trabaja siempre dispuesta a hacer
preguntas y descubrir problemas donde los demás encuentran respuestas
satisfactorias”.
A través de su vinculación con el Partido Comunista
Italiano, Gianni Rodari comenzó a vivir del periodismo, editando el periódico
Cinque Punte y siendo director de L`Ordine Nuovo de Varese, lo que más tarde lo
llevó a interesarse en la literatura.
Siendo cronista del periódico L'Unitá, descubrió su vocación
de escritor para niños. De allí nacen sus primeras coplas y retahílas ligadas a
la corriente de la poesía popular italiana.
Gianni Rodari publicó más de una veintena de libros en los
que combina el humor, la imaginación y la desbordante fantasía con una visión
crítica, entre los que destacan El libro de las retahílas, Las aventuras de
Cipollino, Jip en el televisor, Cuentos por teléfono, Gramática de la fantasía,
Cuentos escritos a máquina, Cuentos para jugar, La góndola fantasma, Gelsomino
en el país de los mentirosos, Las aventuras de Tonino el invisible, Los enanos
de Mantua, Ejercicios de fantasía y Los traspiés de Alicia Paf.
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