- Expone en la Semana de Yucatán en México
México, D.F..- Heredero de un oficio practicado por su
familia desde hace más de una centuria, Feliciano Lavadores Tamayo mantiene
viva la tradición de elaborar las alpargatas chillonas, el calzado que acompaña
a la indumentaria del varón como parte del traje regional yucateco.
Con más 45 años de experiencia en este trabajo artesanal y
70 de edad, don Feliciano es uno de los 174 expositores que participan en la
edición 2015 de la Semana de Yucatán en México, muestra gastronómica y cultural
que se realiza en el pabellón oriente del Palacio de los Deportes de esta
capital.
“Estudié para contador privado, luego empecé a estudiar para
funcionario bancario, pero más me gustó el oficio de mi padre y es lo que
seguí”, relata el gentil hombre mientras elabora un par de alpargatas con
martillo en mano, apoyado sobre un banquillo de madera.
Su local en la exhibición está provisto de más de mil pares
de zapatos de diferentes tamaños y colores, colocados en el frente y los
costados, además de otra cantidad que resguarda en compartimentos.
Don Feliciano recuerda que ya han pasado más de nueve
lustros desde que su padre le enseñó este honroso modo de vida, el cual su
abuelo comenzó hace más de cien años.
“Comencé a trabajar en el mercado, mi abuelo me empezó a
llevar cuando tenía como unos 10 años. Cuando ya tenía 17, me dediqué a
aprender el oficio”, comenta.
El experimentado comerciante, quien ha recorrido varias
regiones de México para ofrecer su producto, asegura que “en ningún otro país
del mundo se fabrican estas alpargatas, porque sólo en Yucatán se baila la
vaquería.
“Le llaman las chillonas porque están hechas de tres capas
de cuero que al caminar se van luyendo y es lo que hace que chillen y sirve
para que se taconee. El tacón tiene que ser de puro cuero porque al bailar es lo que hace que suene el zapateo que hacen
los jaraneros”, explica, con las manos ocupadas en sus ademanes.
Haciendo cuentas con los dedos, concluye que un tacón puede
ocupar hasta 10 capas de cuero, mientras que la suela lleva tres y media.
Agrega que una alpargata terminada puede llevar hasta 70 clavos.
Don Feliciano ha tomado parte en la Semana de Yucatán en
México desde 2013, año en que el Gobierno del Estado retomó la realización de
este emblemático evento en la capital mexicana.
“Es el tercer año que estamos aquí en la Semana. Nos ha ido
bastante bien en lo que es la venta, por eso seguimos asistiendo. Si Dios nos
permite vida y salud, aquí estaremos para el siguiente.
“Trajimos buena cantidad de alpargatas, chanclas, zapatos
bordados de dama, niña y caballero. Posiblemente tengamos que resurtir, porque
se van gastando las medidas. Lo bueno es que tenemos en existencia en Mérida”,
asegura.
De su calzado, los números tres, cuatro y cinco de mujer son
los que más se venden y de varones, los cinco, seis, siete y ocho, según
platica el mercader, quien recientemente estuvo en las ferias de San Marcos y
de León, animado por “abrir nuevas plazas de mercado”.
Sergio Moisés Lavadores May, uno de los ocho hijos que tuvo
con su esposa Teresita de Jesús, se interesó en continuar esta labor y
actualmente ocupa un local en el mercado “Lucas de Gálvez” de Mérida, en tanto
que los demás tienen diferentes profesiones.
Impulsado por el deseo de obtener mayores ingresos para
ayudar a sus nietos a cursar sus carreras, don Feliciano encomendó el puesto de
la plaza a su hijo y se animó a salir a otros estados, en donde incluso ha
encontrado clientes mayoristas.
“Yo comencé a venir a México hace más de 12 años, desde ahí
conozco una señora que tiene tienda en México y estaba buscando quién fabrica
alpargatas y cuando me preguntó yo le dije, llegó usted con quien lo fabrica”,
narra.
Ahora, don Feliciano ya está esperando la visita de ella y
otros clientes asiduos de la región centro, quienes acuden a él cuando llega a
las ferias, amén de nuevos compradores.
“Un muchacho que dice que es bailarín se acababa de llevar
unas alpargatas, es más, me dijo que va a traer a sus compañeros y le digo que
aprovechen para que se surtan y no paguen flete desde Mérida”, cuenta.
Como parte de las facilidades que se da a los expositores
para que asistan al evento, la Secretaría de Fomento Económico (Sefoe) absorbe
el costo y la logística de traslado de las mercancías.
Ante la pregunta “¿Cuando encuentra gente de nuestro país
que se interesa, a pesar de que, como usted comenta, no se usa y no se conoce
tanto la alpargata por aquí, siente orgullo de ser un representante de Yucatán
en México?”, él responde: “Definitivamente sí, uno siente esa alegría de
continuar…”, enmudece, sonríe, baja la mirada, prepara la garganta y se
disculpa entre lágrimas de emoción que se le escapan con la jarana de fondo.
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