- El año pasado recibió el Premio Arturo Rosenblueth 2013 del Cinvestav
- Yucatán en la punta del desarrollo tecnológico de celdas solares
Mérida, Yucatán.- La Academia Mexicana de Ciencias,
conjuntamente con la Asociación Mexicana de Amigos del Instituto Weizmann de
Ciencias, otorgó a la Dra. Aracely Rios Flores, egresada del Cinvestav-Mérida,
el Premio Weizman 2014, galardón que desde 1986, entrega a las mejores tesis
doctorales realizadas en México por investigadores menores de 35 años en el
caso de hombres y menores de 38 años en el caso de mujeres, en las áreas de
ciencias exactas y naturales.
El Dr. Romeo de Coss Gómez, director del centro de
investigación, explicó que Ríos Flores, con la tesis “Optimización de la
eficiencia de celdas solares de CdTe/CdS” obtuvo un nuevo palmarés pues en una
ceremonia realizada el año pasado la estudiante también fue reconocida con el
premio Arturo Rosenblueth 2013, máximo galardón académico que otorga el
Cinvestav a jóvenes investigadores cuyos trabajos de tesis de doctorado han
destacado por su originalidad, rigor y relevancia científica, tecnológica o
social
La aportación de Aracely Ríos permitió que Yucatán se
convierta en punto de referencia internacional para el desarrollo de sistemas
de energía renovable único en Latinoamérica: los trabajos de la joven
investigadora de la Unidad-Mérida lograron valiosas aportaciones para la
producción de celdas solares con eficiencia de conversión de la energía solar a
energía eléctrica del 14.6 por ciento, superior al promedio de la industria que
es de alrededor del 10%.
Los investigadores Juan Luis Peña Chapa y Eduardo Aréz
Muzzio, directores de la tesis anunciaron que este logro sentó un precedente al
lograr eficiencias de conversión que permiten obtener certificaciones
internacionales y una efectiva vinculación con la industria. De hecho, agregan,
Ríos Flores ya trabaja en un laboratorio de investigación en una empresa local
del ramo, logro que representa la culminación de un amplio esfuerzo académico
que inició desde la fundación del Centro de Investigación en 1980 cuando se
estableció como una de las metas desarrollar estas tecnologías.
-El desarrollo de este proyecto nos ha dado la posibilidad
de disponer de una tecnología escalable, con una posición muy ventajosa para el
desarrollo académico, científico, económico y social, mediante una de las
energías renovables más importantes y en crecimiento constante, como es la
fotovoltaica,-indicaron.
-Las investigaciones han dado como resultado la producción
de celdas solares de segunda generación y lo más importante, señalan los
científicos, el hecho de que la iniciativa privada se involucre creando
laboratorios de investigación, una vinculación sin precedente en
Yucatán,-comentaron.
Antecedentes
Desde hace más de 30 años y con más de 100 publicaciones en
el tema, el Grupo de Celdas Solares del Cinvestav-Mérida, trabaja en películas
semiconductoras de CdS y CdTe y otros materiales. El grupo está integrado por
los doctores Juan Luis Peña Chapa, Oscar Ares Muzio, Víctor Rejón Moo, Juan
Manuel Camacho Pérez y Araceli Ríos Flores.
Araceli Ríos Flores, como estudiante del programa de
doctorado en Fisicoquímica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados
Unidad Mérida (Cinvestav-Mérida), desarrolló un proceso para optimizar la
eficiencia de una celda solar que, de lograr comercializar, tendría un impacto
tecnológico, económico y ambiental, colocando así a México como punto de
referencia en el desarrollo de sistemas de energía solar en América Latina.
De acuerdo con Ríos Flores, la eficiencia máxima alcanzada
en la actualidad es de 17.3 por ciento logrado por una compañía estadounidense,
mientras que a nivel laboratorio el récord mundial es de 16.5 por ciento,
logrado en una universidad de Estados Unidos, por lo que el 14 por ciento
alcanzado por la estudiante del Grupo de Celdas Solares del Cinvestav-Mérida
sienta un precedente.
La estudiante destacó que su desarrollo presenta varias
ventajas contra los procesos actuales: es fácilmente escalable, más barato que
los que actualmente están en el mercado y no es contaminante porque a
diferencia de otros omite el uso de una solución que perjudica el medio
ambiente y es riesgosa para quien la maneja.
Retos para la industria y aplicaciones
La ahora Doctora en Ciencias destacó que trabajar con celdas
solares es algo muy complicado, ya que no existe una fórmula, pues intervienen
muchos procesos físicos y químicos en cada una de las seis capas que conforma
la creación de la celda.
Explicó que éstas son sometidas a diferentes temperaturas
que no se pueden controlar facilmente, además, para crear cada capa
semiconductora, se requieren tratamientos con sustancias contaminantes y
peligrosas que en su caso logró sustituir (como es el sulfuro de cadmio y
dicloruro de cadmio) por gas de freón, una sustancia que ya emplea un grupo de
investigadores italianos, pero que en el Cinvestav-Mérida añadieron otros
elementos para obtener mejores resultados.
Ríos Flores señaló que este tipo de energía alternativa
podría utilizarse no sólo en comunidades rurales de difícil acceso, en las
cuales resulta complejo introducir el cableado de la red eléctrica, sino
también pueden ser útiles en actividades como la agricultura. "Existen
procesos donde se requiere poca energía y con sólo anexar un panel de celdas
fotovoltaicas se puede mover algo tan sencillo como un motor".
De hecho, explicó que hay empresas dedicadas a las energías
renovables que no sólo utilizan paneles, como la mayoría de gente lo asocia,
hay otros materiales que cumplen la misma función y que pueden servir para
otras aplicaciones como calentar agua o enfriar aire.
Financiamiento
Ríos Flores ha trabajado desde hace siete años desarrollando
esta tecnología, primero al realizar su maestría en el Cinvestav-Mérida y
posteriormente en el doctorado. El siguiente paso es buscar el financiamiento
que sin duda es la parte difícil.
"Se requiere una gran inversión para tener una planta
piloto, pero a la larga resultaría muy rentable", por ello, su asesor de
tesis, el científico Juan Luis Peña Chapa, experto en el tema desde hace más de
30 años, está enfocado a buscar financiamiento para instalar una planta piloto
de fabricación. En los laboratorios del Cinvestav-Mérida se cuenta ya con un equipo que les permite
producir paneles de hasta 25 centímetros cuadrados.
En el año 2009, el proyecto recibió financiamiento por 9
millones de pesos por parte del Fondo Institucional de Fomento Regional para el
Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación (FORDECYT), y 7 millones de
pesos por parte del Fondo Mixto del estado de Yucatán (FOMIX-Yucatán),
fideicomiso constituido con aportaciones del Gobierno del Estado de Yucatán y
del Gobierno Federal, a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Para la joven investigadora, el uso de las energías
renovables son una opción para sustituir el uso de los hidrocarburos, una
fuente de energía que está llegando a término, en cambio una energía renovable
como es la solar es limpia y abundante. Considera que en conjunto las energías
alternativas (eólica, solar, geotérmica, etc.) podrían a futuro solventar la
creciente demanda de energía que existe en el mundo.
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