- Benjamín Ruiz Loyola, de la FQ, estará en ese organismo internacional tres años
- El comité, recién creado, busca impulsar una educación para la paz y llegar con mayor claridad a los diversos sectores de la sociedad
Ciudad de México.- Benjamín Ruiz Loyola, académico de la
Facultad de Química (FQ) de la UNAM, fue nombrado miembro del recién
constituido Comité Asesor en Educación y Divulgación sobre Armas Químicas, con
sede en Holanda. Es parte de la Organización para la Prohibición de las Armas
Químicas (OPAQ), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Está conformado por 15 especialistas de igual número de
países y su función será proporcionar asesoría especializada en educación y
divulgación, a fin de garantizar la prohibición de las armas químicas, tanto a
la OPAQ y a los diversos organismos internos de la misma, como a los Estados
integrantes en caso de consulta directa.
El grupo mantendrá contacto con organismos internacionales
relacionados con la pacificación mundial. Por ejemplo, con la Agencia
Internacional de Energía Atómica, la Oficina de las Naciones Unidas para el
Desarme, la Unidad de Apoyo para la Implementación de la Convención de Armas
Biológicas y la Comisión Preparatoria para la Organización del tratado de
Prohibición Total de Pruebas Nucleares, entre otros.
A esta primera generación del consejo asesor, constituido de
manera plural, tanto en género como en integración internacional, le
corresponderá sentar las bases de funcionamiento para el futuro.
Benjamín Ruiz, destacado divulgador científico y experto en
el tema de la prevención del uso de armas químicas, mencionó que otra labor
será la búsqueda de mecanismos tanto educativos como de difusión de las tareas
de la OPAQ, que son, entre otras, supervisar que no se utilicen instalaciones
civiles para la producción de ese tipo de armamento, verificar que se cumpla la
prohibición de fabricarlas y hacer inspecciones periódicas en instalaciones
industriales para confirmar que no se realicen este tipo de actividades.
A escala global se ha destruido, aproximadamente, 90 por
ciento de armas químicas; es decir, más de 70 mil toneladas. Estas sustancias
de destrucción masiva representan problemas serios, por ejemplo, en el caso del
gas sarín, “una dosis muy pequeña podría matar a una persona en cuestión de
minutos”.
“Si todavía existen en el mundo unas siete mil toneladas de
estos compuestos, el riesgo es enorme; es un volumen suficiente para acabar con
la humanidad”, resaltó el experto, que en 2003 se convirtió en el primer
inspector mexicano de armas químicas de la Organización de las Naciones Unidas
en Irak.
Aunque se ha avanzado en los 18 años de existencia de la
OPAQ y la vigencia de la Convención para la Prohibición de las Armas Químicas,
se requieren más acciones “porque el mundo sigue convulsionado y en pie de
guerra”.
La acción medular del comité será incidir en la educación de
los estudiantes, que tengan conocimiento de las armas químicas y que estén
conscientes de que éstas no deben proliferar.
Especial atención requieren los alumnos de niveles
superiores, porque es donde podría darse el fenómeno de investigación de uso
dual, alertó.
Por otra parte, consideró un honor formar parte del consejo,
“pero también representa una enorme responsabilidad como profesional egresado
de la universidad más importante de Latinoamérica y como mexicano, porque de
alguna manera sentaremos las bases de actuación de esta entidad internacional y
estableceremos formas de sensibilizar a los estudiantes y a la sociedad en
general, para asegurarnos de continuar con la destrucción de las armas
químicas”.
El cargo de Ruiz Loyola tendrá una duración de tres años,
con opción de continuar otro periodo más. Anualmente, los 15 integrantes
sesionarán en Holanda, país sede del consejo, y mantendrán contacto constante a
través de videoconferencias.
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