Mérida, Yucatán.- El esquema financiero de Escudo Yucatán hasta por mil 500
millones de pesos no pondrá en riesgo la estabilidad y salud de las finanzas
del Gobierno del Estado, aseveró el secretario de Finanzas, Alfredo Dájer Abimerhi.
Dijo que en caso de que los diputados aprueben el esquema,
los mil 500 millones de pesos se obtendrían monetizando los recursos de los
programas federales FAISE (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social
Estatal) y FAFEF (Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las
Entidades Federativas).
Manifestó que los recursos quedan bajo un doble candado. El
primero que sólo pueden usarse para Escudo Yucatán; y, el segundo candado, que
todo el proceso de adquisición, licitación, entrega a instalación de equipos e
infraestructura debe apegarse a programas y procesos federales, son muy
estrictos.
Explicó que el término “monetizar” es una forma técnica de
decir “adelantar los recursos”, en este caso hasta el 25% del total que se proyecta
recibir en Yucatán por esos fondos federales los próximos 13 años.
Dijo que en ningún caso se comprometen participaciones
estatales, como se haría en un esquema de deuda pública clásica.
Precisó que “no comprometer participaciones es importante,
porque las participaciones son las que definen en gran medida la calificación
crediticia del estado y son, en cierta forma, los recursos más estables y
seguros con los que Yucatán puede contar para su desarrollo futuro”.
“La primera certeza
que hay que tener es que no se afectan las participaciones del estado. Se
adelantan los recursos de programas federales que llegan al estado como parte
de aportaciones regulares, no se comprometen –insistimos- las participaciones del estado o recursos
propios de la entidad, es decir el dinero que el propio Gobierno del Estado
recibe o recaba directamente en en Yucatán”, remarca el funcionario.
¿Qué pasa con estos
recursos adelantados?
“Al adelantarse los recursos, estos pueden
utilizarse únicamente para los rubros autorizados por los programas y por el
acuerdo específico que establezcan el estado y la federación a través de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mediante un decreto. El nivel de
auditoría de los recursos será muy estricto y permanente, lo que otorga
garantías que no se usarán para algo que no haya sido autorizado desde un
principio, en este caso sólo serán para Escudo Yucatán”.
“Los recursos adelantados
quedan bajo un doble candado”, continúa Dájer Abimerhi : “el candado de que
sólo pueden usarse para Escudo Yucatán como ya mencionamos, y el candado de que
todo proceso de adquisición, licitación, entrega a instalación de equipos e
infraestructura, debe apegarse a lo que señalan los programas y procesos
federales, que en lo que corresponde a FAISE y FAFEF son muy estrictos”.
¿Cómo afecta a futuros gobiernos el esquema financiero de
Escudo Yucatán? ¿Ellos pagarán intereses por el dinero que gastaron otros?
“El monto de hasta $1,500 millones de pesos de monetización
de recursos ya incluye los costos financieros, legales y contables que se
necesitarán para adelantar el dinero”, dice Dájer Abimerhi. “Todo, desde el
capital a invertir, hasta los intereses a pagar, se incluyen en el 25% de lo
que se pedirá que se adelante al estado para invertir en seguridad pública.
Todo está incluido en el mismo esquema financiero”, dice enérgicamente.
¿No es un esquema de alto riesgo?
“No, de ninguna manera”, señala el responsable de las
finanzas públicas estatales, “de hecho es un esquema probado en muchos estados,
incluso aquí mismo en Yucatán donde hace unos meses el Congreso del Estado,
alineado a una estrategia federal, aprobó un plan muy similar con recursos del
programa federal FAM (Fondo de Aportaciones Múltiples). Esos recursos
adelantados están sirviendo para impulsar inversiones en infraestructura
educativa. Ya quedó probado que este esquema sirve para aprovechar los recursos
federales, sin comprometer las finanzas estatales. Es un esquema que el propio
Congreso Estatal ya aprobó en su momento. Se trata de un nuevo tema y de nuevos
programas, pero no de un esquema financiero diferente o de riesgo”.
¿Y cómo va a afectar a éste y a futuros gobiernos él no
disponer del 25% del FAISE y del FAFEF por 13 años?
La afectación es mínima, dice Dájer Abimerhi. “Hay que
recordar que hoy –sólo como ejemplo-
recursos del FAFEF se utilizan para pagar el costo de la deuda que ya
tiene el estado, pago que puede irse reduciendo y acotando cada año. Todavía
más importante, es recordar que muchos pagos de recursos que se hacen desde
FAFEF –tales como la remodelación de áreas en malas condiciones estructurales
en Palacio de Gobierno, el rescate de playas en la Costa de Yucatán, la
remodelación de la Facultad de Derecho de la UADY – no son acciones recurrentes
(que deban pagarse o presupuestarse cada año) o bien son proyectos que podrían
pagarse con otras fuentes de recursos o programas federales”.
“El comprometer
recursos de FAFEF apretaría el cinturón al estado en áreas no estratégicas y lo
obligaría –de hecho- a tener una mejor calidad en la asignación de recursos
federales. Vale la pena el ejercicio”.
Señala enfáticamente el ex-rector de la UADY.
“En el caso del
FAISE, el esquema es todavía más contundente en su certeza de no afectación a
futuros gobiernos. Cada año muchos recursos del FAISE quedan sin ejercer, esto
es, sin gastarse, porque no existen proyectos suficientes, o las condiciones
para autorizarlos son tan estrictas que no se logran terminar en un año”,
argumenta el funcionario.
“De hecho –dice Dájer Abimerhi haciendo números de memoria- en 2014 y 2015
más de 50% del FAISE quedó sin ejercerse en el año presupuestal respectivo, con
el esquema financiero que se propone para Escudo Yucatán, que compromete el 25%
de los fondos del programa FAISE, esos
fondos sí se aprovecharían y con ello estarían llegando más recursos al estado
como inversión federal. En lo que se refiere a FAISE, el esquema de Escudo
Yucatán no sólo no compromete recursos, de hecho permite aprovechar recursos
federales a los que Yucatán tiene derecho y que hoy quedan ociosos, dando una
ganancia neta a las finanzas del estado”, insiste el alto funcionario en su
argumento que se oye sólido y él se ve confiado. .
¿Se gastan 1,500
millones hoy en cámaras, patrullas, radios y tecnologías, y comprometemos
recursos por 13 años, pero las patrullas y los radios no van a durar 13 años,
cómo se van a mantener actualizados o a renovar?
“Por esa razón únicamente se permite a los estados adelantar
hasta el 25% de los recursos federales esperados, para darles margen de
maniobra con el otro 75% y para mantener su capacidad de inversión”, contesta
Dájer Abimerhi.
“Además”, sigue el
Secretario de Administración y Finanzas- “una vez realizada la inversión
inicial –que es la que requiere un gran monto invertido de un solo golpe- el
mantenimiento y cuidado de la infraestructura, así como la renovación de
patrullas, se puede programar de forma gradual y por etapas en cada
presupuesto. Es como el hogar de una familia: una vez construida la casa, el
mantenimiento y cuidado de la misma se puede hacer de forma gradual y
claramente programada sin amenazar el presupuesto, en este caso, del estado”.
“En suma”, concluye
Dájer Abimerhi, “se trata de aprovechar al máximo los recursos federales que
llegan a Yucatán y que a veces quedan sin utilizarse plenamente. Los recursos
que se comprometen son recursos federales, no estatales y nunca
participaciones. Queda amplio margen de maniobra financiera para futuros
gobiernos y, sobre todo, es un esquema ya probado y aprobado aquí en Yucatán,
con resultados concretos y beneficios visibles. Escudo Yucatán en su parte
financiera ofrece certeza, transparencia y opinión permanente de la ciudadanía
en el gasto y ejercicio de recursos. Recordemos que cada peso invertido deberá
tener la opinión positiva del Consejo Estatal de Seguridad, en el que
participan universidades, empresas, cuerpo diplomático, fuerzas armadas y
organizaciones sociales”.
“Vale la pena dar
este paso, con certeza financiera, para seguir un paso delante del delito y el
crimen en este Yucatán comprometido con la paz, la seguridad y el
bienestar”; dice con aplomo el Secretario
encargado de los dineros públicos en Yucatán. (Foto Manolo García)
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