La izquierda mexicana ha restaurado el presidencialismo omnipotente y autoritario: Sauri

  • Diario de los Debates consignará las flagrantes y groseras contradicciones de quienes ayer reclamaban a gritos una apertura democrática y hoy habiendo conquistado el poder hacen todo lo posible por acallarla.
Ciudad de México.- La izquierda mexicana ha restaurado el presidencialismo omnipotente y autoritario; y, de un régimen de partido prácticamente único y de gobierno de un solo hombre y cierra el paso a la pluralidad, consideró la diputada federal Dulce María Sauri Riancho.

Durante los posicionamientos de los grupos relativo al procedimiento del Acuerdo de la Junta de Coordinación Política para Modificar la Ley Orgánica del Congreso General para conformar nueva Mesa Directiva, Sauri Riancho que la izquierda política, aquella que desde 1968 de manera sostenida luchó por la democracia, aquella que irrumpió en la Cámara de Diputados en 1979, hoy sea la izquierda que desde el poder decide caminar en sentido contrario a su lucha histórica.

Que sea esa izquierda que decide cerrar el paso a la pluralidad, subrayó.

Es lamentable también, añadió la legisladora yucateca, que estando presentes en esta Legislatura actores y actoras destacadas y relevantes en esos momentos históricos, lejos de ser ejemplo vivo de aquellas luchas por la democracia parlamentaria, hoy se hayan convertido en restauradores de un régimen de partido prácticamente único y de gobierno de un solo hombre.

La izquierda mexicana ha restaurado el presidencialismo omnipotente y autoritario, cuyo declive a partir de 1988, había obligado a todas las fuerzas políticas del país sin excepción, a construir un nuevo sistema político que desde entonces fue cada vez más abierto, más democrático, más institucional y más plural. Y así lo fue hasta hoy, afirmó.

Hoy, añadió, la Cámara de Diputados enfrenta una disyuntiva histórica, que se consolidan el pluralismo y la democracia interna, o se da paso a una regresión autoritaria de final impredecible.

Este día se cierran dos grandes ciclos históricos, se cierra un ciclo de 40 años iniciado en 1979, con la expedición de la primera Ley Orgánica del Congreso, surgida de la reforma política de 1977, que permitió a los partidos de izquierda llegar al Poder Legislativo.

Y se cierra otro ciclo de 20 años, surgido de la Ley Orgánica de 1999, nacida de la histórica 57 Legislatura que se instaló en 1997 y que desde entonces se ha conocido como la Legislatura de la pluralidad.


Este año, 2019, debería servir de marco para la conmemoración de estos dos grandes momentos en la historia de la transición de México a la democracia, pero quedará para el futuro como referente de una grave regresión en la historia del Congreso mexicano, y en ello hay al menos dos hechos muy lamentables.

Dijo que  “es lamentable que se construya un discurso de falsedades para justificar el avasallamiento ilegal, antidemocrático e inmoral en este Congreso”.

Pero la historia no la hacen solo ustedes, dijo a los legisladores de Morena, la historia la hacemos todos los que aquí estamos y muchos más que no están.

Y el registro de la historia está ahí y ahí seguirá, para que en el futuro que viene, como nosotros hoy, podamos comprender la gravedad del momento que vivimos.

La disyuntiva es clara, o nos vamos por el pluralismo y el respeto a las minorías en este Congreso, pero en todo el mundo político y en la administración, y justamente recuerdo que ese era el argumento que descalificó sistemáticamente el grupo de izquierda cuando en 1979 por primera vez, por la figura de la representación proporcional, hubo una presencia de diputados de la izquierda mexicana.

No son argumentos de una sociedad moderna y plural en negarse a reconocer a las minorías, ha sido una lucha de muchos años, y no solo las minorías políticas, también las minorías por preferencias sexuales, las minorías por el idioma que hablan, las minorías por el color de su piel.

Todo esto ha sido una lucha de reconocimiento y de la pluralidad que hoy se pretende desconocer simplemente por una coyuntura de naturaleza política.

Dijo a las diputadas y legisladores que el Diario de los Debates registrará “nuestras palabras y nuestros hechos para la historia”.

Consignará las flagrantes y groseras contradicciones de quienes ayer reclamaban a gritos en este mismo salón de sesiones, una apertura democrática y hoy habiendo conquistado el poder, hacen todo lo posible por acallarla.

Registrará, compañeras y compañeros de la mayoría oficialista, sus afanes por restaurar una forma autoritaria de ejercer el poder, que México había dejado muy atrás en el pasado.

Ya habrá tiempo para que ustedes vean las consecuencias políticas de sus actos y para que nosotros se las hagamos notar, concluyó. 

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