- Además, establecer un tratado internacional denominado Constitución de la Tierra
- La propuesta, presentada por la diputada Aleida Alavez, se consideró de urgente resolución
Ciudad de México.- La Comisión Permanente solicitó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a realizar las valoraciones conducentes, a fin de presentar ante el Consejo General de las Naciones Unidas la propuesta de armonizar las convenciones regionales sobre derechos humanos y establecer un tratado internacional denominado Constitución de la Tierra.
El punto de acuerdo, presentado por la diputada Aleida Alavez Ruiz (Morena) y considerado de urgente resolución, señala que la pandemia que padece la humanidad ha demostrado lo frágil y, al mismo tiempo, lo rapaz que es la sociedad de nuestros tiempos.
--“Las desigualdades para enfrentar este flagelo entre naciones son notorias, las economías se colapsan, pero no la de todos y no de igual manera”, precisa.
En sesión a distancia, la legisladora subrayó que para los países en desventaja económica es particularmente difícil enfrentar estas dos crisis, lo que empeora cuando no existen mecanismos de solidaridad que permitan acceso oportuno a las vacunas o a la transferencia de los avances científicos.
Agregó que un ejemplo de esta falta de solidaridad es que los países ricos han acaparado el suministro de las vacunas; dejan casi a su suerte a millones de personas de las naciones más pobres que no encuentran los mecanismos para obtenerla.
Enfatizó: “la emergencia sanitaria nos sacudió y como especie estamos tratando de enfrentarla; nuevas necesidades nos exigen velar por la vida de los más de 7 mil millones de personas que habitamos nuestro planeta”. Estimó que es indispensable restituir la esencia solidaria del ser humano, ser responsables y congruentes con estos postulados; por ello, esos estándares deben prevalecer en el mundo.
Detalló que la Constitución de la Tierra, propuesta del jurista y filósofo italiano y del mundo Luigi Ferrajoli, se caracteriza por una expansión del paradigma constitucional más allá del Estado, en tres direcciones: un constitucionalismo supranacional o de derecho internacional, junto con el constitucionalismo estatal actual, a través de la previsión de funciones e instituciones supraestatales de garantía, a la altura de los poderes económicos y políticos mundiales.
En segundo lugar, hacia un constitucionalismo de derecho privado, junto con el constitucionalismo de derecho público actual, mediante la introducción de un sistema adecuado de normas y garantías frente a los actuales poderes salvajes de los mercados.
Y, en tercer lugar, en dirección a un constitucionalismo de bienes fundamentales, junto al de los derechos esenciales, mediante la previsión de garantías destinadas a conservar y asegurar el acceso de todos al disfrute de bienes vitales, a los que se considerará comunes, pero también a los medicamentos esenciales y a la alimentación básica.
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