Rumbo al altar el fraile Antonio Alcalde, Obispo de Yucatán

Al llegar a Yucatán a los 62 años, tras ser nombrado por el monarca español Carlos III, aprendió maya

Rumbo al altar el fraile Antonio Alcalde, Obispo de Yucatán

  • La Arquidiócesis de Yucatán abre su acervo del Archivo Histórico en Conkal para que los investigadores documenten la vida y obra del dominico en tierras yucatecas

Mérida, Yucatán.- Las arquidiócesis de Guadalajara y Yucatán colaboran para documentar la vida y obra del fraile dominico Antonio Alcalde y Barriga, Obispo de Yucatán del 25 de enero de 1762 al 19 de agosto de 1771, para llevarlo a los altares, informó monseñor Pedro Mena Díaz, obispo auxiliar de Yucatán.

--“Es decir que de los 31 obispos y 5 arzobispos que han servido Yucatán pues habrá un santo que estuvo sirviendo aquí en la arquidiócesis de Yucatán”, dijo. Añadió que la colaboración se realiza a través del acervo del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Yucatán ubicado en Conkal.

Los investigadores documentan los 10 años de labor pastoral de Fray Antonio en Yucatán, entre los que destacn sus iniciativas encaminadas a la construcción de iglesias, conventos y escuelas. Influido por el afán eminentemente universitario de la orden de los dominicos, 

El Fraile de la Calavera, como también se le conoce, llegó a Yucatán a los 62 años, aprendió el maya, recorrió dos veces el territorio encomendado, reformó la enseñanza del seminario al cual intentó elevar al rango universitario, ayudo a los enfermos y repartió innumerables donativos durante las hambrunas en la Península.

(Por real cédula del 18 de septiembre de 1761, fray Antonio fue designado obispo de Yucatán, a la muerte del obispo fray Ignacio Padilla y Estrada y una vez consagrado con tal dignidad, en la Catedral de Cartagena de Indias el 8 de mayo de 1763, tomó posesión de su diócesis el 1º de agosto del mismo año. 

Como obispo de Yucatán emprendió varias acciones encaminadas a mejorar la formación académica y disciplinar del clero diocesano. Empleado los recursos económicos provenientes de su renta episcopal fundó en el Seminario Conciliar de Mérida una cátedra de teología moral, dotándola con cuatro mil ochocientos pesos. 

También gestionó la fundación de una universidad en el propio Seminario, proyecto que no se logró. Asimismo, decretó que ningún aspirante al sacerdocio fuese admitido al estudio de la teología sin la debida formación en latín, retórica y filosofía.

Por otra parte, entre sus obras asistenciales destaca la fundación de un área para mujeres en el hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Mérida, para lo cual destinó veinte mil pesos. Con frecuencia ayudaba a viudas, huérfanos, doncellas y toda gente necesitada.

Fray Antonio Alcalde fue especialmente generoso con su Catedral, a la que llamaba “mi Santa Esposa”, dotándola “con alhajas y ornamentos, destinando al efecto una considerable parte de la renta que a su persona y dignidad correspondía”. De hecho, la gestión episcopal del Sr. Alcalde coincide con un importante momento de renovación de los espacios catedralicios ya que por esos años, entre 1760 y 1762, se construyó un nuevo y espléndido retablo mayor; se estrenaron nuevos órganos y se pintó y doró la sillería del coro de canónigos.

Un año después, el 12 de diciembre de 1763, el obispo fray Antonio llevó a cabo la solemne consagración de la Catedral de Mérida, marcando con esto uno de los momentos litúrgicos de mayor relevancia en la historia de este cuatro veces centenario templo. Posteriormente, en 1768, el obispo ofreció al Cabildo costear de su peculio nuevas mejoras para la Catedral, entre ellas la renovación del presbiterio, la colocación de un nuevo altar mayor y de nuevas reliquias, la renovación de la sacristía mayor y la construcción de dos nuevos retablos colaterales.

Antonio Alcalde gobernó la diócesis de Yucatán hasta el año de 1771 cuando, asistiendo al Cuarto Concilio Provincial Mexicano, fue promovido para ocupar la mitra de Guadalajara. En aquella diócesis, emprendió una incansable labor como bienhechor de la ciudad de Guadalajara y de la sociedad neogallega en general. Con recursos económicos mucho más amplios, el obispo Alcalde fundó o ayudó a fundar importantes instituciones educativas y asistenciales y patrocinó obras de embelleciendo urbano, tanto en la capital como en otras poblaciones importantes de su diócesis; al final de su vida había destinado la considerable suma de un millón trescientos veinte mil pesos para estas obras y fundaciones).

Foto Antonio Sánchez

Concierto en Catedral

El obispo auxiliar dijo que el próximo 23 de enero se realizará un concierto en la Catedral en honor al fraile “que quería servir especialmente a los más necesitados.

El concierto del 23 de enero será después de la misa  de las 18:00 horas y los detalles se darán a conocer en fecha próxima.

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