Cumple monseñor Rodríguez 8 años de ministerio sacerdotal en Yucatán

Pidió seguir orando “sin perder la esperanza” ante la escasez de vocaciones al sacerdocio, al diaconado y a la vida consagrada”

Cumple monseñor Rodríguez 8 años de ministerio sacerdotal en Yucatán

Mérida, Yucatán. En su mensaje por el octavo aniversario de ministerio episcopal en la Arquidiócesis de Yucatán, el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega pidió seguir orando “sin perder la esperanza” ante la escasez de vocaciones al sacerdocio, al diaconado y a la vida consagrada”.

--“Nuestra Arquidiócesis es grande en territorio y en el número de comunidades. Mérida va creciendo a pasos agigantados”, expuso.

Mencionó que experimentó “fuertemente la cercanía de todos con motivo de la grave enfermedad que me atacó el pasado 17 de febrero, de la cual el Señor quiso librarme milagrosamente, con la intercesión de su Hijo, y junto a Él la de la Virgen María, la de san Óscar Arnulfo Romero y la de tantos de ustedes: Dios les recompense”. 

--Sigamos unidos en torno a nuestro Plan Diocesano de Pastoral, que nos ayuda a caminar sinodalmente como Iglesia, pidió.

Mensaje por el VIII aniversario de ministerio episcopal en la Arquidiócesis de Yucatán 

Muy queridos hermanos y hermanas, les saludo con el afecto de siempre y les deseo todo bien en el Señor. 

Hoy se cumplen 8 años de mi ministerio episcopal al frente de ésta amada Iglesia de Yucatán, motivo por el cual les pido que me ayuden a darle gracias al Señor por todas sus bendiciones, y a pedirle perdón por cualquier negligencia en mi deber. 

Agradezco particularmente a mis hermanos presbíteros, mis necesarios colaboradores en el ministerio, lo mismo que a todos los diáconos. 

Agradezco también a la vida consagrada, a los religiosos y religiosas que, con sus distintos carismas, significan un gran apoyo a la obra evangelizadora en esta gran iglesia particular.  

Agradezco a mis hermanos laicos, a los miembros de grupos y movimientos, a todos los que evangelizan en cualquier forma; pero también a aquellos que, con su testimonio en la vida diaria en el seno de su familia, de su trabajo o de su escuela dan testimonio sencillo, valiente y claro de su fe. 

Una mención especial de agradecimiento a mis hermanos Obispos Auxiliares, Don Pedro y Don Mario, con los que, hombro con hombro, voy conduciendo esta porción del Pueblo de Dios. Nuestra Arquidiócesis es grande en territorio y en el número de comunidades. Mérida va creciendo a pasos agigantados. Por otra parte, también con mi responsabilidad en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en la Red CLAMOR (Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas), en la Red REMAM (Red Eclesial Ecológica Mesoamericana) y ahora en la Cáritas Latinoamericana y del Caribe, me es más indispensable su ministerio episcopal, lo mismo que el de mi Vicario General.

Experimenté fuertemente la cercanía de todos con motivo de la grave enfermedad que me atacó el pasado 17 de febrero, de la cual el Señor quiso librarme milagrosamente, con la intercesión de su Hijo, y junto a Él la de la Virgen María, la de san Óscar Arnulfo Romero y la de tantos de ustedes: Dios les recompense. 

Sigamos unidos en torno a nuestro Plan Diocesano de Pastoral, que nos ayuda a caminar sinodalmente como Iglesia. Ante la escasez de vocaciones al sacerdocio, al diaconado y a la vida consagrada, sigamos orando sin perder la esperanza. 

Les pido me encomienden en la Eucaristía de hoy. El Señor les colme de bendiciones. Que nuestra Señora les cubra con su manto. 

+Gustavo Rodríguez Vega 

Arzobispo de Yucatán

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