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Foto cortesía del Museo Nacional de Arte Mexicano |
- Diego Prieto Hernández, director general del INAH, dijo que quiere invitar a todo Chicago a visitar el friso, «especialmente a la comunidad mexicana y chicana».
- Museo facilita el regreso de un bajo relieve maya de la colección de los Sullivan de Chicago, que lo tuvieron desde 1988 en su poder en una finca.
Ciudad de México.- Un friso maya de piedra caliza de119 × 53 × 9.5 centímetros -que data del periodo Clásico maya (600-900 d.C.)- regresará a México tras haber estado en posesión de una familia coleccionista de Chicago durante casi 40 años. Su origen, probablemente, se encuentre en la región Puuc, la cual abarca el centro-norte del territorio que hoy ocupan los estados de Campeche y el sur de Yucatán.
Se trata de un bajorrelieve que representa una probable figura masculina con un elaborado tocado, taparrabos, máscara, con las manos extendidas como si estuviera conversando, con su parte del lado derecho. Se cree que originalmente estaba frente a otra figura y se desconoce el paradero de la otra mitad.
El Museo de Arte Mexicano de Chicago, que facilita su repatriación, nunca fue propietario de la pieza. Se encontraba en una finca antes de que la familia de los difuntos filántropos de Chicago, Joseph y Jeanne Sullivan, solicitara ayuda a la junta directiva del museo a finales del año pasado.
Jeanne y Joseph Sullivan eran filántropos que vivían y trabajaban en Chicago. Joseph era propietario de Vigoro, la marca de productos para el cuidado del césped, y el Chicago Tribune lo describió como alguien que dedicaba "gran parte de su tiempo a los derechos humanos y las artes" cuando falleció en 2006. Jeanne laboró en trabajo social psiquiátrico, con especialización en abuso de alcohol y sustancias, y falleció en 2023.
Antes de pertenecer a la familia Sullivan la pieza era propiedad de un coleccionista privado, probablemente Lester Wolfe, cuya colección se describió brevemente en un libro de 1978 de Karl Herbert Mayer titulado "Monumentos Mayas: Esculturas de Procedencia Desconocida".
Wolfe fue inventor y benefactor del MIT hasta su fallecimiento en 1983. Prestó la pieza al Museo de Brooklyn de 1966 a 1977 antes de que le fuera devuelta, según el libro de Mayer. Posteriormente, a finales de los años 70, terminó en el Museo de Arte Snite de la Universidad de Notre Dame. En 1988, se exhibió en el Instituto de Arte de Chicago.
Ese mismo año, la pieza terminó en manos de un comerciante de arte de Chicago. Los Sullivan se la compraron.
El 27 de febrero de 2025, los hijos de Jeanne y Joseph Sullivan donaron al National Museum of Mexican Art en Chicago, Estados Unidos, el friso maya que había llegado a su poder en la década de los 60.
Sobre este caso, la familia Sullivan se negó a formular declaración a un reportero del Sun-Times. Cesáreo Moreno, curador jefe y director de artes visuales del museo Pilsen cree que la familia simplemente intenta hacer lo correcto al devolverla.
El museo conservará el friso durante el próximo año antes de que regrese a México de forma permanente. Lo utilizarán como una herramienta educativa para que otros aprendan sobre la repatriación.
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Fotos INAH/NMMA |
La repatriación de la pieza a México
---“Me da mucho orgullo exponer la pieza que tenemos aquí hoy, exponerla en nuestro museo para que los niños y las clases de secundaria que vengan al museo, puedan ver y pensar qué significa la repatriación, qué significa tener una pieza fuera de su contexto de la comunidad donde pertenece y realmente comenzar a pensar en los conceptos que los van a educar un poco diferente”, consideró el curador Cesáreo Moreno.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, señaló que la voluntad de dicho recinto por devolver la pieza es “un gesto ejemplar que marca un hito en las relaciones entre los museos de Estados Unidos y de México, mediante la colaboración activa y decidida para la repatriación del patrimonio mexicano que se encuentra de manera ilícita en el exterior”.
En representación de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el antropólogo informó que, en cooperación con el NMMA, luego del registro y restauración del fragmento, la intención es que permanezca, por lo menos, un año en Chicago, con el fin de que lo aprecien los habitantes de dicha ciudad, en particular las comunidades mexicana, mexicoestadounidense y latina.
---“La idea es que esta exhibición ayude, sobre todo entre el público estudiantil y las niñas y niños de origen mexicano, a entender la importancia de la repatriación y del combate al tráfico ilícito del patrimonio de nuestro país, en cualquier parte, particularmente en el extranjero”, expresó.Por su parte, la cónsul general de México en Chicago, Reyna Torres Mendivil, celebró el suceso y reiteró que se trata de bienes patrimoniales que deben estar disponibles, “no solamente para las personas mexicanas, que es a quienes pertenecen, sino para que todo el mundo las pueda disfrutar en espacios públicos y no en colecciones particulares”.
A su vez, el director de Artes Visuales del NMMA, Cesáreo Moreno, señaló que para las sociedades el arte y la cultura son algo muy propio, por lo que ver bienes patrimoniales expuestos en el exterior y fuera de su contexto puede no ser agradable, de ahí la importancia de que la pieza sea expuesta en el repositorio, desde otro enfoque.
---“El siglo XXI ya no se trata de coleccionar piezas, sino de trabajar junto con las comunidades. Queremos exponer este fragmento para que las niñas, niños y estudiantes que vengan al museo puedan aprender y pensar qué significa la repatriación. Al reconocer la importancia del patrimonio cultural para sus comunidades de origen, promovemos una comprensión más rica y compleja de la humanidad”, mencionó.
Por último, el director del Museo Nacional de Antropología, Antonio Saborit García-Peña, declaró que la tarea de reintegración envuelve grandes responsabilidades, ya que implica el regreso de una pieza arqueológica a su lugar de origen y “reconocer su valor, su trabajo y su momento histórico en nuestras culturas compartidas”.
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