- Su colección, conformada por 2 mil 688 obras de 773 artistas, brinda un panorama completo del arte mexicano
- Para Teresa del Conde, el recinto es el sitio por antonomasia para el arte moderno y contemporáneo de la Ciudad de México
México, DEF.- Con una colección integrada por 2 mil 688
obras de pintura, escultura, grabado, fotografía y gráfica realizadas por 773
artistas, el Museo de Arte Moderno (MAM) que este 20 de septiembre cumple 50
años es un lugar emblemático para el arte mexicano contemporáneo.
Su actual directora, Sylvia Navarrete, aseguró que con dicha
colección, el recinto brinda “un panorama exhaustivo y completo del arte
mexicano, por eso siento que el público se identifica tanto con el Museo de
Arte Moderno, por eso le tiene tanto afecto, porque es un buen espejo de la
identidad mexicana”.
Con un acervo que resguarda obras tan emblemáticas como Las
dos Fridas de la pintora Frida Kahlo, el Museo de Arte Moderno reúne a todos
los artistas más importantes de los últimos 100 años, sin embargo, Sylvia
Navarrete advirtió que hay un creador que falta en esta colección.
“Sólo falta, para representar toda la creación en México a
partir de la Revolución, Antonio Ruiz El Corcito que está en otras colecciones
en Hacienda, pero en el INBA no está representado. Fuera de esta laguna, están
aquí todos los artistas importantes de México”.
El recinto, ubicado en Chapultepec, resguarda así las obras
más importantes de la época moderna posrevolucionaria que es la Escuela
Mexicana de Pintura, donde los artistas asimilaron las vanguardias
internacionales, pero también contiene piezas de la llamada Ruptura, creada por
los jóvenes de los años cincuenta del siglo pasado, como Lilia Carrillo, José
Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Pedro Coronel y Vicente Rojo que, según Sylvia
Navarrete, no sólo están representados, sino que tuvieron su primera exposición
en el Museo de Arte Moderno.
Justamente Arnaldo Coen recordó que fue en 1965, cuando los
jóvenes de esa época lograron abrir las puertas del recinto a una nueva
expresión, la llamada Ruptura, “fuimos pioneros junto con el museo para abrir
ese nuevo espacio”.
El MAM logra así una combinación especial, con alrededor de
800 piezas patrimoniales, de las cuales la más antigua data de 1914 y es de
Saturnino Herrán, que Sylvia Navarrete señaló, “simbólicamente tienen mucho
peso, son de la Escuela Mexicana de Pintura, son los grandes nombres, la obra
de caballete de muralistas, pero por otro lado, es una combinación, un maridaje
muy bien logrado de lo clásico de la tradición moderna mexicana y por otro
lado, son todas las expresiones que tuvieron cabida aquí, que tienen que ver
con lo más de avanzada en las experimentaciones de los entonces jóvenes en los años
sesenta”.
Sin embargo, Teresa del Conde, quien fue directora del MAM
durante 11 años, advirtió que la colección de este recinto que era
extraordinariamente rica, se desmembró para dar origen a la parte moderna de la
colección del Museo Nacional de Arte, “pero sigue siendo extraordinariamente
rica, hay iconos que podríamos decir, sacros del arte mexicano en el MAM”.
Además de cuadros como Las dos Fridas, agregó, hay piezas de
David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco que son magníficas “y desde luego
está perfectamente representada toda la generación de la mal llamada Ruptura”,
por adquisición y donación de los propios artistas “y eso llega hasta la
contemporaneidad, porque la generación que sigue también está representada. No
estaría mal que en un momento dado se llenara totalmente el MAM de su propia
colección, que se exhibiera toda”.
Aunque su apertura, realizada el 20 de septiembre de 1964 se
dio con exposiciones dedicadas a murales prehispánicos y la obra de José María
Velasco, la vocación del Museo de Arte Moderno pronto se perfiló, pues también
incluyó la primera gran exposición individual de Rufino Tamayo. Sylvia
Navarrete indicó que “no se empezó con Orozco, Siqueiros o Rivera, sino con
quien era el contendiente de estas tendencias que estaban asimiladas al
muralismo y que eran ya una tradición un poco al ocaso”.
Por ello, agregó la directora del MAM, “desde el principio
hay una toma de posición, que favorece a las expresiones nuevas que están de
acuerdo a la actualidad de ese tiempo y luego poco a poco, el museo se vuelve
más radical en función de las cabezas directivas que lo están comandando, en
tiempos de Helen Escobedo se dan los primeros happenings, los performances, el
videoarte, siempre está como a la avanzada”.
Y es que, aseguró, todo tenía resonancia en el Museo de Arte
Moderno, “todo lo que se hacía en México de avanzada, lo más osado, lo más audaz”
se presentaba en las salas del recinto o en los jardines, por lo que ha logrado
“un equilibrio muy padre, en esta vocación de investigar la tradición moderna,
lo que empezó en la Revolución Mexicana y después lo que conforma la genealogía
de lo que vemos ahora del arte contemporáneo”.
En los últimos años, el recinto se ha dedicado a enriquecer
su colección mediante la adquisición de acervos fotográficos, empezando por el
de Manuel Álvarez Bravo en 1973 y en 2008 con una tanda de adquisiciones muy importante,
porque explicó Sylvia Navarrete, “permitió hacer un panorama bastante
exhaustivo de la creación fotográfica en México, claro, hay lagunas como en
todas las colecciones, pero este acervo parece ser el mejor acervo de
fotografía en el INBA”.
El sitio por antonomasia del arte moderno
La crítica de arte
Teresa del Conde consideró que el Museo de Arte Moderno tuvo una enorme
importancia en el momento en que fue fundado “porque no había un museo de arte
moderno, había un prolegómeno de museo de arte moderno en el Palacio de Bellas
Artes” y aunque se creó bajo el mandato del Presidente Adolfo López Mateos “con
los restos del Museo de Antropología, prácticamente hablando y con la absoluta
creatividad y compromiso de Pedro Ramírez Vázquez, se hace el MAM en un lugar
privilegiado, yo creo que es el lugar más privilegiado de todos los que hay
para un museo”.
Por ello, la especialista señaló que el recinto se convirtió
“realmente en el sitio por antonomasia para el arte moderno y contemporáneo de
la ciudad de México” y ahora “sigue siendo el lugar más deseado por los
artistas mexicanos contemporáneos, sigue siendo un escaparate importantísimo,
aunque hay otras opciones desde luego”.
Para los creadores, tener una exposición en el Museo de Arte
Moderno, es todo un privilegio pues según la escultora Yvonne Domenge “es parte
de toda una trayectoria, donde ya se reconoce mi trabajo como un trabajo
contemporáneo y de mi generación. Realmente me sentí muy privilegiada con mi
exposición individual, es un lugar muy especial en todos los sentidos, me
encantó compartir mi trabajo no nada más con la gente del medio, sino con la
gente, las familias que van todos los domingos a Chapultepec”.
Y es que, dijo, se trata del espacio más importante para las
expresiones del arte contemporáneo y tener una exposición individual ahí es un
reconocimiento, además de que el MAM “tiene muchas piezas mías en su acervo, me
da mucho orgullo ver mi trabajo ahí”.
Vicente Rojo, que ya ha tenido dos retrospectivas en el MAM,
señaló que dichas muestras, una realizada en los años 80 y la otra en los 90,
fueron de suma importancia, “porque pude resumir un poco, reflejar lo que había
hecho, mi trabajo en esas épocas”.
Por su parte, el pintor Arnaldo Coen se dijo afortunado
porque el MAM tiene alrededor de 15 piezas de su autoría y apuntó que fue en el
año 86, cuando llevó a cabo una exposición individual en el Museo de Arte
Moderno, lo que, dijo, “es muy satisfactorio, evidentemente ese reconocimiento
no solamente de las autoridades, sino darle la oportunidad al público de ver
esa obra, de alguna manera el público es el que cierra el ciclo de la
comunicación, es tan importante darle la oportunidad al espectador de ser un
espectador creativo, es una gran satisfacción haber expuesto ahí”.
Aumenta 160 por ciento el número de visitantes al MAM
Desde el año pasado,
el Museo de Arte Moderno ha aumentado en 160 por ciento su afluencia de
visitantes, debido a que se abrió la puerta de acceso que da al Monumento a los
Niños Héroes, en Chapultepec, que era la original, pero que estuvo cerrada
durante mucho tiempo.
Sylvia Navarrete explicó que dicha puerta fue cancelada
porque daba acceso directo a la Sala Gamboa, donde se hacían exposiciones con
obras frágiles, por lo que para reabrirla se decidió darle un giro a esa sala
con muestras de corte documental y material que no tan frágil, a fin de no
cancelar al público la entrada por esa puerta ya que “mucha gente viene a
Chapultepec, es una pena cerrarle esta oportunidad de ver obras que son suyas, que
son patrimonio de la nación, de todos los mexicanos”.
Para celebrar este 50 aniversario, el MAM inauguró tres
exposiciones: la primera exposición retrospectiva en México del arquitecto
Pedro Ramírez Vázquez, la muestra 50 Años/50 Obras donde con astucia
museográfica reúne la presencia de los 773 artistas de la colección con las 50
obras más emblemáticas de la misma, así como la titulada Carteles del MAM, que
da cuenta de la historia de estos materiales de difusión.
Para el futuro, Sylvia Navarrete indicó que el MAM
continuará ofreciendo una programación enfocada a partir de la colección
permanente la cual, siempre debe estar en exhibición, pues se trata de los
artistas más emblemáticos como Frida Kahlo, Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Dr.
Atl, entre otros, que son de gran interés para mexicanos y turistas.
Pero al mismo tiempo, dijo, se realizan investigaciones a la
misma colección para la presentación de exposiciones temáticas, por ejemplo,
sobre dibujo de las piezas de los años setenta, así como muestras de fotografía
de artistas extranjeros que estuvieron en México y son poco conocidos aquí.
Adicionalmente, se prepara una gran exposición sobre el
Centro de las Artes de San Agustín que, ubicado en Oaxaca y con el impulso de
Francisco Toledo, se ha convertido en un centro de formación donde participan
artistas y artesanos nacionales e internacionales, que ya tiene una incidencia
en la vida de la comunidad.
Finalmente, para darle más dinamismo al MAM se llevarán a
cabo diálogos entre artistas que ahora tienen 40 o 50 años y que en décadas
pasadas tuvieron mucha visibilidad, a fin de presentar cómo ha evolucionado su
trabajo en los últimos años.
Por estas razones, la escultora Yvonne Domenge celebró la
gestión de Sylvia Navarrete que, dijo, tiene una actitud abierta, fresca,
respetuosa y alegre, “nos gusta mucho a los artistas” y el museo está tomando
otro giro, para mantenerse en la vanguardia.
Sin embargo, advirtió que hace falta darle un mayor apoyo
económico al recinto, porque “hacen milagros con el presupuesto que tiene”, a
fin de por ejemplo, poder dar mantenimiento a las piezas que se encuentran en
el jardín y que ya comienzan a sufrir las inclemencias del tiempo.
Por su parte, Vicente Rojo indicó que si bien en este
momento el MAM funciona bien pues tiene una excelente directora, no estaría mal
pensar en una posible ampliación del recinto porque “evidentemente no sólo la
ciudad está creciendo enormemente, sino que la producción artística, sobre todo
de tantísimos jóvenes como hay ahora, va necesitando cada vez más espacios”.
Para Arnaldo Cohen, el Museo de Arte Moderno es un espacio
extraordinario, pero que lamentablemente carece de espacio para poder mostrar
la obra de arte moderno y contemporáneo que resguarda y por ahora, dijo,
“cumple más una función de exposiciones temporales, que de albergar realmente
una iconografía de la historia del arte moderno en México”.
Consideró que se podría dividir el concepto de Museo de Arte
Moderno, para mostrar por un lado la obra nacional y tener espacios para la
internacional y así estar al nivel de cualquier museo del mundo, como el Reina
Sofía de España o la National Gallery de Londres, a fin de que crear una
“ventana al mundo y que el mundo venga a México”.
Finalmente, Teresa del Conde precisó que a pesar de que el
MAM tiene un lugar privilegiado, aún “se le puede sacar todavía mayor provecho
a los jardines, no tiene un restaurant, esa es una falla, ya el Tamayo tiene un
restaurant muy bueno, y tampoco tiene bien orquestada, porque no hay espacio,
una biblioteca de consulta y las bodegas siguen presentando problemas, el MAM
tiene problemas todavía de infraestructura y ojalá el Conaculta tome muy en
cuenta eso”. AGB
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