En 15 municipios de Yucatán se concentra el mayor grado de amenaza y susceptibilidad de hundimientos
Mérida, Yucatán.- Urgen mejores instrumentos para
contrarrestar los efectos por desastres naturales en Yucatán y México, señaló el
director de Relaciones Gubernamentales de AXA Seguros, Hugo Martínez McNaught, quien
aseveró que el 37% del litoral yucateco presenta una alta susceptibilidad a
erosión costera y que Celestún es la zona más susceptible ante inundaciones.
De acuerdo con una proyección de AXA Seguros, si para el año 2100 aumentara el nivel del mar
de uno a dos metros en el Golfo de México, Yucatán sería uno de los estados más
vulnerables, pues se afectarían 2 mil 484 kilómetros de superficie, además se
perderían hasta 66.8% de los humedales y hasta un 3.7% de la población sería
afectada.
--“El Golfo de México
tiene una tendencia de incremento del nivel del mar de 3.5 milímetros al año,
lo cual está por encima del promedio mundial, que es de 3.2 milímetros. Por
ello, tenemos que estar preparados para este tipo de riesgos que afectan
directamente a los mexicanos y su patrimonio, en la aseguradora trabajamos para
fomentar una cultura de protección contra este tipo de daños“, indicó Martínez
McNaugh.
Por otra parte, en 15
municipios del Estado se concentra el mayor grado de amenaza y susceptibilidad
de hundimientos, y al menos 90 kilómetros de carreteras están en riesgo de
sufrir este daño.
Para la aseguradora,
es de suma importancia que los estados cuenten con Atlas de Riesgos
actualizados, como elementos preventivos claves para proteger a la población
más vulnerable y expuesta a estos fenómenos.
En el quinto ejemplar de la serie Reflexiones AXA, cuaderno
que realiza un análisis sobre los grandes retos en materia de desastres
naturales que enfrenta México: huracanes, inundaciones y sismos, y que propone
cuatro soluciones que pueden implementarse para hacer frente al impacto de
estos fenómenos en el país, se indica que debido a su ubicación geográfica,
Yucatán es uno de los estados más vulnerables al impacto de fenómenos
naturales, tales como inundaciones, huracanes, hundimientos y erosión costera.
Un claro ejemplo es que el 37% del litoral yucateco presenta
una alta susceptibilidad a erosión (30% nivel medio, 22% alto y 11% muy alto).
Además, una franja aproximada de 16 kilómetros lineales en la playa de Progreso
es afectada por esta problemática; en tanto, hogares en Yucalpetén, Chelem y
Chururná están ubicados en zonas altamente vulnerables por su cercanía al mar.
“El Estado enfrenta grandes retos en materia de prevención y
mitigación ante desastres naturales. Es muy importante que la población tome
conciencia y esté protegida contra algún tipo de daño causado por fenómenos
hidrometeorológicos y así puedan sortear de manera favorable estos siniestros“,
señaló.
Otro de los desastres que aqueja al Estado son las
inundaciones, especialmente en la zona de Celestún, ya que factores como la
fuerza del oleaje y de los vientos, las precipitaciones pluviales y su ubicación geográfica hacen que la zona
esté más expuesta a sufrir este tipo de
fenómenos.
Indicó que México es uno de los países más vulnerables al
cambio climático 15% del territorio, 68% de la población y 71% del PIB están
altamente expuestos a los riesgos asociados a sus efectos: huracanes e
inundaciones, así como sequías de mayor fuerza y frecuencia.
Ante tal situación y de cara a la próxima temporada de
huracanes en el Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe, que comienza el 1 de
junio y que según proyecciones de expertos traerá consigo 21 fenómenos
hidrometeorológicos, AXA propone cuatro puntos:
1. Disminuir las emisiones de gases de efecto
invernadero en el país: otorgar deducciones fiscales a empresas que participen
en acuerdos voluntarios de reducción de emisiones; promover la inversión en
transporte público bajo en emisiones y crear un programa que promueva el uso de
vehículos eléctricos en el país; así como fomentar la eficiencia energética en
el sector público y privado.
2. Mejorar las acciones de prevención y
atención inmediata ante desastres: crear un Reglamento Nacional de Construcción
o Edificación; actualizar el Atlas Nacional de Riesgos por localidad y crear un
sistema de vigilancia que evite asentamientos humanos en zonas de alto riesgo;
incrementar la cobertura de los sistemas de alerta meteorológica y sísmica del
país; y diseñar protocolos de atención inmediata por parte de las aseguradoras
ante desastres naturales de gran magnitud.
3. Impulsar nuevos esquemas de protección y
aseguramiento: promover una regulación que fomente el aseguramiento obligatorio
de viviendas contra desastres naturales en las zonas más vulnerables; crear un
seguro catastrófico básico con opción a potencializarse, con la participación
de gobierno y aseguradoras; extender la cobertura del FONDEN para cubrir a
segmentos más altos de vivienda a través del INFONAVIT y el FOVISSSTE;
aprovechar los programas federales Prospera y Crezcamos Juntos para fomentar la
formalización y el aseguramiento de sus beneficiarios contra desastres
naturales; aumentar la cobertura de los seguros paramétricos.
4. Fomentar la innovación para enfrentar los
retos del cambio climático en el estado. Por ejemplo, es recomendable convocar
a los innovadores y emprendedores del país para que diseñen soluciones en
materia de reducción de emisiones de carbono, optimizar las alertas de prevención y proponer soluciones
en materia de energías renovables.

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