Piedras contra policías en Chablekal

Mérida, Yucatán.- El cumplimiento de una orden judicial del Juzgado Tercero de Distrito, que se llevó a cabo por tercera ocasión en la comisaría de Chablekal, una diligencia de desalojo auxiliada por la fuerza pública, derivó este martes en un enfrentamiento entre familiares de los desalojados.

La presencia policiaca fue para salvaguardar la integridad física de los funcionarios judiciales y de las personas que intervienen en la propia diligencia.

La SSP informó que este procedimiento fue violentado por grupos  que, sin promover recurso judicial alguno, se opusieron nuevamente a su realización con el propósito de impedir que se cumpliera la citada resolución judicial.

La diligencia derivó en un fuerte enfrentamiento entre habitantes del lugar y la policía, pues los primeros arrojaron piedras a los agentes y éstos respondieron con granadas de gas lacrimógeno.

Los agentes del orden detuvieron a cuatro personas, pero no pudieron evitar que la multitud saqueara una tienda de abarrotes.

El Juzgado Tercero de Distrito otorgó una orden de desalojo del predio número 104 de la calle 20 con 21 de Chablekal, un terreno de aproximadamente 20 por 70 metros con una vivienda que colinda con la plaza principal, en donde habita Salvador Euán Chi, de 96 años de edad, con otros familiares, entre los que se encuentran Paulino Euán Kumán, de 62 años, uno de los hijos del nonagenario.

La señora Mili Esther Uh Canché, manifestó que es la tercera vez que intentan desalojarlos porque Antonio Chalé Euán, alias “Malaco”, un sobrino del propietario del predio, falsificó firmas y le vendió la propiedad a Román Zapata Brito, quien gestionó la orden de desalojo.

Los agentes detuvieron a Pedro Antonio Euán Flores, de 54 años; Javier Canché Novelo, de 40 años; Pedro Antonio Euán Santana, de 36 años y a Poncho, un joven de 15 años de edad.

En el sitio fueron detenidos Martha Capetillo Pasos y a Jorge Fernández Mendiburu, representantes del grupo Indignación A.C., quienes fueron esposados y subidos en la parte trasera de una patrulla, mientras que Cristina Muñoz Menéndez exigía a los uniformados que los dejaran en libertad, ya que era un atropello su detención.

Los policías les quitaron las esposas a Martha y Jorge y les indicaron que bajaran de la patrulla, pero estos se negaron y pusieron como condición que soltaran a los otros detenidos.

Mientras tanto, los lugareños saquearon la frutería San Román, propiedad de Román Zapata Brito, quien gestionó la orden de desalojo.

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