Grupos de choque en los movimientos sociales

Una amiga muy querida acaba de publicar que ella no apoya a las “feminazis”, tanto en el movimiento multitudinario contra la violencia institucional y de género del domingo en el Día Internacional de la Mujer y el #ParoNacional #UnDiaSinMujeres porque: “usan la violencia, hacen pintas y destruyen monumentos y son proabortistas”, argumentó.
Apuntes para reflexionar V | Una amiga muy querida acaba de publicar que ella no apoya a las “feminazis”, tanto en el movimiento multitudinario contra la violencia institucional y de género del domingo en el Día Internacional de la Mujer y el #ParoNacional #UnDiaSinMujeres porque: “usan la violencia, hacen pintas y destruyen monumentos y son proabortistas”, argumentó.

Ilustrémonos. Primero veamos quién es “feminazi”. Para Gloria Steinem, ícono del feminismo en EU, este adjetivo “se usa para socavar la influencia del feminismo, atacando una de sus reivindicaciones básicas, que es la igualdad entre los sexos”.

En una entrevista de 1996, la periodista y activista feminista criticó el uso que el locutor de radio y comentarista político conservador estadounidense Rush Limbaugh hace de la palabra “feminazi”.

El término, según la periodista, es “cruel y antihistórico” pues durante el gobierno de Hitler las feministas prominentes fueron reprimidas, como Helene Stöcker, Trude Weiss-Rosmarin y Clara Zetkin, fueron obligadas a huir de Alemania, mientras que otras fueron asesinadas en campos de concentración. Hitler cerró las clínicas de planificación familiar y declaró que el aborto era un crimen contra el Estado.

Otra periodista, la británica Helen Lewis, editora adjunta de New Statesman, "afirma que la idea de combinar un movimiento de liberación con el nazismo es profundamente ignorante”.

John K. Wilson, en su libro “The Most Dangerous Man in America: Rush Limbaugh's Assault on Reason”, afirma que feminazi es una feminista radical cuyo objetivo es que haya la mayor cantidad de abortos posible», y dice que “bajo esta definición no existe, literalmente, ninguna feminazi”.

Alda Facio define al “feminismo radical” como “una corriente del feminismo que no hace alusión a una excesiva beligerancia o fanatismo, como la palabra radical podría sugerir, sino a que esta corriente sostiene que, para lograr eliminar la desigualdad social, es indispensable atacar la raíz del problema”: el patriarcado.

El psicólogo español Arturo Torres, afirma que se trata de una invención periodística que responde a una campaña de desprestigio dirigida contra el feminismo desde posiciones políticas conservadoras.

En México las mujeres encapuchadas que violentan la ciudad en cada manifestación (y que mi amiga y otras, así como otros hombres, llaman “feminazis”) se autodenominan anarquistas, aunque en realidad nada tienen que ver con esa doctrina política-ideológica.

En realidad son vándalas. Integrantes de grupos de choque cuyo objetivo es generar caos, reventar manifestaciones, provocar a quienes protestan, inducir a respuestas violentas de la policía y desestabilizar a gobiernos en turno, sean del partido que sea. Originalmente se les vinculo con el PRD, después aparecieron en diferentes partidos. Sus líderes se venden al mejor postor.

Un documento que identifica a estos grupos señala que “son proclives a manifestarse con acciones disruptivas de alto impacto mediático y que repudian las políticas del gobierno sin importarles su filiación política e ideológica”.

Aparecieron violentamente el primero de diciembre de 2012 durante la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, en las manifestaciones contra la violencia de género, en apoyo a los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y en memoria de los estudiantes masacrados en Tlatelolco–  y otras protestas y dejan ver un patrón de conducta estratégica y tácticamente planeado.

El ejemplo más visible del reclutamiento de mujeres para conformar filas de golpeadores es quizás el de "Las Justicieras", grupo de choque de la delegación Magdalena Contreras conformado por aproximadamente cien mujeres, originarias de colonias marginadas, cuyas operaciones se reportaron desde 2014.

Estas mujeres se hacen acompañar por golpeadores, reclutados del gimnasio del pueblo de San Bernabé. En esa zona también operan “Los Lobos” y “Los chicos temidos”.

Otro grupo son "Los Claudios", quienes fueron acusados en agosto pasado, de haber agredido al reportero Juan Manuel Jiménez, de Grupo Imagen, durante la protesta de mujeres contra la policía capitalina.

El grupo, cuyo nombre proviene del líder Claudio González González y su hermano, Héctor nació en Cuajimalpa y está vinculado a varios partidos políticos, así como al despojo de predios y a reventar mítines. 

Otros grupos identificados por los servicios de inteligencia son: Biblioteca Social Reconstruir, Colectivo Anarquistas ENAH (Escuela Nacional de Antropología e Historia), Centro Cultural Okupado “El Engrane”, Okupa Che, Cooperativa Café Victoria, Comparsa “Chanti Ollin”, Colectivo REDTA y Coordinador Estudiantil Anarquista (CEA).

Están integrados por agitadores profesionales, muchos son estudiantes de escuelas de nivel medio superior tanto de la UNAM como del Politécnico Nacional. Los más violentos son de los Colegios de Ciencias y Humanidades Azcapotzalco y Sur, y de las Preparatorias 5 y 8.

Así podríamos seguir mencionando a los grupos de choque, muchos de ellos con alta presencia femenina. La estrategia (y lo han conseguido en el gobierno de la 4T) es evitar el despliegue de policías varones porque, en su caso, se saldría a denunciar de inmediato “represión”.

Estas mujeres aparecen justo cuando hay algún movimiento. Sea de campesinos, de maestros, de ciudadanos en general. Incluso se han introducido en las preparatorias de la UNAM.

Ayer domingo una de éstas, con lentes oscuros, lanzó una bomba molotov contra las mujeres policía que resguardaban la Puerta Mariana de Palacio Nacional y que causó quemaduras a una fotógrafa de El Universal, las cámaras también documentaron el rostro de la mujer.

Hoy lunes, por ejemplo, fueron detenidas 
18 personas encapuchadas (dos hombres y 16 mujeres) que intentaron tomar la dirección del Instituto Politécnico Nacional, rompieron los cristales del acceso principal, así como llenaron de grafiti diversas paredes. Acusan al director de “reprimir al movimiento estudiantil y de no actuar contra la violencia de género al interior de esa institución”.

Así que amigas y amigos, no nos confundamos: las mujeres que dañan el patrimonio histórico, rompen con mazos los cristales de comercios, incendian librerías, destruyen anuncios en los parabuses, lanzan bombas molotov contra policías y edificios privados, públicos y religiosos, agreden periodistas, medios de comunicación y ciudadanos (hombres) que se se cruzan en su camino son vándalas.

Es momento de neutralizarlas, de hacerlas a un lado y, cuando seamos convocados, solidarizarnos con la lucha de las mujeres mexicanas contra la violencia y no caer en las provocaciones, ya sabemos quienes son.

Abrazo hasta donde estén.

Lunes 9 de marzo de 2020

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