Elvia Carrillo Puerto (Motul, Yucatán, 30 de enero de 1881 - 15 de abril de 1968) También conocida como “La monja roja del Mayab” fue una líder feminista en toda la extensión de la palabra. Desde muy joven, su interés en la incidencia política la llevo a ocupar puestos importantes y a crear distintas asociaciones para defender los de derechos de las mujeres.
En 1923 se convirtió en una de las primeras mujeres mexicanas electas para desempeñarse como diputada en un congreso local en México.
Fue la sexta hija del matrimonio de Doña Adela Puerto Solís y Justiniano Carrillo Pasos. Su hogar ubicado en el 309 de la calle principal era una casa típica de clase media misma que ahora alberga el “Museo-Biblioteca Felipe Carrillo Puerto”.
Al cumplir los 6 años la llevaban junto con sus hermanas Hermida, Enriqueta y Josefa y sus hermanos Felipe y Gualberto, al Colegio Roque J. fundado por la Sra. Benita Palma Vda. de Campos que impartía una educación laica y en el que iban los hijos de los obreros del lugar, quienes por costumbre hablan la lengua maya entre sí. Por lo que, desde niña se percató de la desigualdad entre las clases sociales que se vivía durante el Porfiriato.
A los 13 años, vio el matrimonio como una salida, una vía hacia su independencia y se casó con un maestro de Motul. Tuvo un hijo, pero enviudó diez años después
Elvia Carrillo fue alumna de la poetista Rita Cetina Gutiérrez, aprendiendo de ella, la noción de igualdad de género. Gracias a su influencia, estudió textos escritos por grandes teóricas de los derechos de la mujer, como Mary Wollstonecraft, Flora Tristán y Victoria Woodhull.
La Siempreviva fue la primera escuela secundaria para mujeres en el Estado de Yucatán fundada por la Maestra emeritense Cetina Gutiérrez donde las egresadas -la mayoría- se dedicarían a la docencia en las escuelas de todos los poblados de la entidad.
En 1912, fundó la primera organización femenina de campesinas con la finalidad que a las mujeres jefas de familia se les garantizaran los mismos derechos que a los hombres en la distribución de tierras. Un año después, se convirtió en una de las más importantes organizaciones de la región debido a la gran cantidad de contingentes que la conformaban.
Su activismo fue incansable. Participó en la fundación de las “Ligas de Resistencia Feministas” tratando de llamar a las mujeres de todo el estado a organizarse y apoyarse unas a otras en temas urgentes como: derecho al voto, higiene, alfabetización, control de la natalidad; este último, era un paso indispensable en la búsqueda de libertad de las mujeres y sostenía de fondo la más intolerable de las reivindicaciones para las sociedades conservadoras: “el derecho de las personas a vivir su sexualidad de una manera libre y lúdica, más acá o más allá de los fines reproductivos” (Lemaitre, 1998).
Elvia es conocida como “Monja Roja” por ser parte del grupo de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana.
En 1918 se celebró en Motul el Primer Congreso Obrero de Yucatán organizado por el Partido Socialista del Sureste, en el que Elvia Carrillo Puerto incorporó el punto de “Aceptación de la mujer obrera en las Ligas de Resistencia”. Este fue el leit motiv de su vida, luchar por la liberación de la mujer a través de su actividad social y política en las 51 Ligas de Resistencia que logró organizar.
Fue de las primeras mujeres en ser elegida como Diputada del congreso de Yucatán en 1923. Tras el asesinato de su hermano, Felipe Carrillo Puerto, en enero de 1924, Elvia continuó siendo diputada durante un tiempo, hasta que las amenazas de muerte de sus adversarios en Yucatán la hicieron dejar el cargo y marcharse a la Ciudad de México, en donde fue protegida por el presidente Álvaro Obregón, primero, y después por su sucesor, Plutarco Elías Calles, y donde continuó con su particular lucha en favor de las mujeres.
En 1919, durante el gobierno de Venustiano Carranza, Elvia viajó a la ciudad de México donde creó la Liga Rita Cetina Gutiérrez con la intención de lograr la inclusión del debate sobre el voto femenino en cámaras legislativas; sin embargo, fue ignorada por sus compañeros socialistas.
No fue hasta en 1923 de vuelta en su natal Yucatán, con su hermano Felipe Carrillo Puerto rigiendo como gobernador del estado, que Elvia fue elegida como diputada municipal junto con Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cícero por parte del Partido Socialista del Sureste. Cargo que tras el asesinato de su hermano fue obligada a abandonar después de recibir varias amenazas de muerte tanto a ella como a sus compañeras. Así mismo el voto a la mujer fue anulado en la entidad.
Con ayuda del presidente Plutarco Elías Calles logró escapar de Yucatán y terminó por refugiarse en la ciudad de México.
Nunca retrocedió en su lucha por los derechos de las mujeres. Nunca dejó de lado su preocupación por las mujeres y los hombres mayas ya que Elvia amaba esa lengua.
Recorrió Yucatán de esquina a esquina con la esperanza de una transformación social profunda que erradicara la desigualdad, sin olvidar su lucha por el reconocimiento del voto a la mujer. Fundó junto con trabajadoras de la Secretaría de Agricultura la Liga Orientadora Femenina Socialista, dedicada a atender a menores desamparados y a madres solteras. Más tarde, ésta se transforma en la Liga de Acción Femenil, que siguió la lucha por el reconocimiento del voto de la mujer.
Finalmente y gracias al esfuerzo de miles de mujeres, en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines propuso personalmente la iniciativa para cambiar el Artículo 34 Constitucional, reconociendo el derecho a las mujeres como votantes en todas las elecciones
Elvia Carrillo Puerto murió en la ciudad de México, el 15 de abril de 1968 con 90 años de edad. Sus restos se encuentran en el cementerio general de Mérida.
No hay comentarios.
Publicar un comentario