Brasil.- Habían pasado 30 minutos desde el pitido final en
el Arena de São Paulo cuando se abrió la puerta del vestuario suizo. Salió el
seleccionador Ottmar Hitzfeld, cuya figura reflejaba la gravedad del momento.
Pero tomó aire y dirigió una mirada firme al frente.
Sabía muy bien a lo que se enfrentaba, y aun así demostró
una gran entereza ante las cámaras y los periodistas que le esperaban. Hitzfeld
habló con lágrimas en los ojos, le costaba encadenar las palabras, interrumpía
su discurso y tragaba saliva continuamente. Las últimas fechas, y en especial
las últimas horas, habían sido muy duras y emotivas para uno de los mejores
entrenadores en la historia de este deporte.
El 1-0 anotado por Ángel di María en el minuto 118 de
partido no sólo puso punto y final a la andadura de Suiza en la Copa Mundial de
la FIFA Brasil 2014™, sino también a la carrera de Hitzfeld. Además, en la
víspera del encuentro, el técnico de 65 años recibió la noticia del
fallecimiento de su hermano.
El dolor de Hitzfeld era evidente, pero el seleccionador
hizo de tripas corazón y conformó un equipo que a punto estuvo de eliminar a la
Argentina de Lionel Messi, ganador del Balón de Oro en cuatro ocasiones.
Todo un perfeccionista
El último partido del alemán no pudo ser más emocionante.
Hitzfeld lo siguió prácticamente todo el tiempo desde la esquina izquierda del
área técnica más próxima a la banda. Casi siempre con las manos cruzadas, pero
sin dejar nunca de animar y dar instrucciones a los suyos. Durante el
encuentro, así como en el descanso de la prórroga, intentaba dialogar con sus
jugadores. Parecía ser consciente de haber encontrado la receta para doblegar a
su rival, precisamente la cualidad que marcó su carrera en los banquillos.
El alemán siempre destacó por sus conocimientos tácticos, y
se preparaba meticulosamente antes de cada choque. "Es todo un
perfeccionista", declaró Michel Pont, su ayudante en la selección, en su
charla con FIFA.com. Pont ha trabajado durante seis años al lado de Hitzfeld, y
admira al General. "Es una gran personalidad. Tiene una filosofía de vida
extraordinaria y antepone el respeto a cualquier otra cosa. Da mucho a sus
jugadores, y ellos dicen que nunca habían visto nada igual".
A su vez, los futbolistas corroboraron las palabras del
asistente. "Es una persona maravillosa y todos lo respetamos mucho. Aunque
me deje en el banquillo, siempre pienso que sabe lo que hace. Tenemos que darle
las gracias por muchas cosas. Ha dado una nueva cara a la selección y ha apostado
por nosotros, los jóvenes", dijo sobre él Haris Seferovic a los micrófonos
de FIFA.com. A Hitzfeld hay que agradecerle, entre otras cosas, que Suiza haya
jugado los octavos de final de esta Copa Mundial. Desde que tomó las riendas
del combinado helvético en 2008, año en el que dijeron adiós figuras de la
talla de Alexander Frei, Hitzfeld fue capaz de construir un equipo nuevo.
Todos los jugadores tenían palabras de elogio para su
seleccionador. En cierto modo, es justo que una carrera tan memorable haya
tenido como colofón un partido tan vibrante. "Aquí se acaba mi etapa como
entrenador. Me siento orgulloso de mi trayectoria", resumió Hitzfeld en la
rueda de prensa. Un orgullo que se comprende perfectamente si repasamos los
clubes por los que pasó y el palmarés que cosechó.
Leyenda
El alemán inició su carrera en los banquillos en 1983,
inmediatamente después de colgar las botas. Después de pasar por Zug, Aarau y
Zúrich, el destino le llevó hasta el Borussia Dortmund y el Bayern de Múnich.
Finalmente, en 2008 asumió el cargo de seleccionador de Suiza. En todos estos
años ganó dos ligas suizas, siete ligas alemanas y dos Ligas de Campeones de la
UEFA, así como una Copa Intercontinental. Además, dejó amigos en todos los
lugares por donde pasó. Prueba de ello es que en el estadio del Bayern los
aficionados siguen coreando hoy día "Ottmar Hitzfeld, eres el mejor
hombre".
Asimismo, nadie duda tampoco de la dimensión de su legado.
"Ha formado un equipo fantástico que seguro hará disfrutar a la gente en
los próximos años", señaló Granit Xhaka a FIFA.com. "¡Ha hecho un
trabajo excelente!", añadió Josip Drmic.
Hitzfeld se ha ganado el corazón de todo el mundo no sólo
por sus éxitos, sino también por sus señas de identidad, como la gabardina que
lucía casi siempre en los partidos. Su ayudante está encantado de haber podido
trabajar con él durante este tiempo. "Si hago memoria, recuerdo muchos
momentos especiales. Pero lo que más me impresionaba era que se lo apuntaba
todo. Nunca trabajó con grandes medios técnicos. Siempre andaba con su lapicero
y su libreta para hacer anotaciones y analizarlo absolutamente todo",
destacó Pont.
Después del encuentro contra Argentina, Hitzfeld ya no
escribió más. Tras conceder infinidad de entrevistas, se marchó en silencio,
aún con los ojos llorosos, y se metió de nuevo en el vestuario. Fue como
asistir a la retirada simbólica de un gran entrenador de los focos de la
palestra internacional. Y lo hizo con la cabeza bien alta, pese a los duros
reveses que tuvo que encajar estos últimos días.
¡Hasta luego, Ottmar! ¡Cuídate y que vaya todo bien!