- Su trabajo en la construcción garantizó la seguridad de los conquistadores
Mérida, Yucatán.- La vida económica, militar y religiosa en
la Península de Yucatán durante la época colonial dependía enteramente del
trabajo de los indígenas mayas, quienes realizaron edificaciones que
garantizaron la seguridad de los españoles, afirmó el especialista de la
Universidad Estatal de Missouri, John F. Chuchiak IV.
Como parte de la Primera Mesa Redonda del Mayab
“Arquitectura y sociedad entre los mayas”, realizada en el marco del Festival
Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2014, el académico impartió una
conferencia en la que la que destacó el
papel vital que desarrolló este pueblo en la lucha contra la piratería, que
tuvo lugar entre los siglos XVI y XVIII.
“No puede ser desestimado el papel fundamental de los mayas
en la sobrevivencia de los españoles, debido a las tareas que desempeñaron en
la edificación de ciudadelas y fortificaciones, así como la vigilancia que
efectuaban del litoral peninsular, y todo ello sin remuneración alguna”,
expresó el conferencista.
Bajo el título “Yaab meyah yetel numia: La importancia de
los artesanos mayas y su mano de obra en la construcción de fortificaciones
defensivas y la arquitectura militar en Yucatán colonial, 1550-1750”, se
detalló el papel de los nativos en la extracción de insumos, transformación de
éstos en materiales y levantamiento de los edificios, puentes y caminos.
Chuchiak IV aseveró que una revisión documental reveló que
los mayas eran sometidos a trabajos forzados, a fin de financiar directa o
indirectamente los proyectos arquitectónicos defensivos durante el periodo
colonial.
Entre las fortificaciones realizadas destacó la gran
explotación que significaron las construcciones de la ciudadela de San Benito,
en Mérida, así como la muralla y baluartes de Campeche, mismas que, según
estimaciones, costaron la vida a más de siete mil 300 nativos por causas de
salud o accidentes.
En el caso de la ciudadela, a la que los trabajadores se
referían como “la sudadera”, debido al gran sacrificio que les significaba, se
emplearon a más de seis mil personas por semana para su elaboración, la cual se
efectúo entre 1667 y 1670.
Sobre este particular, el ponente dijo que los jornales se
hacían bajo el esquema de “tandas”, mediante el cual se rotaba a los
constructores procedentes de distintos poblados como Ticul, Muna, Oxkutzcab,
Kanasín, Sotuta y Dzidzantún, entre otros.
Sin embargo, el investigador estadounidense señaló que la
mayor explotación ocurrió en Campeche, donde se inició la edificación de la
muralla hacia 1685, tras el fiero ataque del pirata Lorencillo.
A lo largo de 38 años que duró la ejecución de ese proyecto
defensivo, diariamente eran obligados al trabajo forzado alrededor de 640
mayas, quienes de sol a sol fueron apilando las piedras de la fortificación.
En total, en las casi cuatro décadas que duró la
construcción, la obra tuvo un costo estimado de 225 mil pesos en aquella época,
de los cuales únicamente se destinaron tres mil pesos a los jornaleros.
Por todo lo anterior, John F. Chuchiak IV reiteró que “los
conquistados, a final de cuentas, fueron los que protegieron a los españoles
gracias a todo el trabajo que hicieron sin recibir nada a cambio”.