- Está conformado por dos bandas y dos orquestas sinfónicas que conjuntan alrededor de 350 niños de entre siete y 17 años de edad
- El Sistema Sonemos forma parte de Música para la Armonía, una de las líneas de acción de Cultura para la Armonía, impulsado por el Conaculta
Cuernavaca, Morelos.- Luego de un año de gestación, este
domingo inició oficialmente el Sistema Sonemos, del estado de Morelos,
actualmente conformado por dos bandas y dos orquestas sinfónicas que conjuntan
alrededor de 350 niños de entre siete y 17 años de edad. Ellos ofrecieron un
concierto en el Teatro Ocampo de la ciudad de Cuernavaca, donde interpretaron
obras de José Padilla, Modest Mussorgsky, Gustav Holst, Guillermo Nápoles,
David Amram, Nicolai Rimsky-Korsakov y de Arturo Márquez, coordinador general
de Sonemos.
El Sistema Sonemos forma parte de Música para la Armonía,
una de las líneas de acción de Cultura para la Armonía, impulsado por el
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) para trabajar,
mediante acciones específicas, en la reconstrucción del tejido social del país.
En el concierto participaron la Banda Sinfónica El Zarco, la
Orquesta Sinfónica de Tepoztlán, la Orquesta Sinfónica de Cuernavaca y la Banda
Sinfónica Armonía Tepozteca, quienes ejecutaron un programa de acuerdo a su
nivel técnico y al final formaron una selección de las cuatro agrupaciones para
tocar las obras Chinelos, en una versión para orquesta sinfónica; y Alas (A
Malala), acompañados de los coros de niños cantores de Morelos y de Cuernavaca.
Previo al concierto, el compositor Arturo Márquez explicó
que vienen trabajando con el Sistema Sonemos desde agosto de 2013 con una
metodología homologada. “Esto nos permite crecer paulatinamente pero con
firmeza, para que los muchachos tengan la técnica necesaria, pero sobre todo
estén en una agrupación que los haga felices. Estamos convencidos de que este
tipo de proyectos son muy necesarios para que los niños puedan crecer felices,
que le encuentren el sabor a la vida”.
Márquez, coordinador de Sonemos, explicó que cuando
iniciaron con este proyecto detectaron que se hacía un trabajo atomizado. “Lo que
hace Sonemos es unificar criterios, unificar la manera de enseñar y ahora los
maestros pueden estar de una agrupación a otra y eso ha permitido que el avance
sea mucho más firme. Es un proyecto social, comunitario donde están
involucrados no sólo los niños, los maestros y las autoridades, sino también
los papás y la gente de los municipios. Ojalá que este tipo de proyectos
estuviera en todos lados. Es un proyecto que necesita como 20 horas a la semana
para cada niño. La ventaja de este programa es que están entre tres y cuatro
horas con el maestro, con sus compañeros, practicando, conviviendo y haciendo
música”.
Eduardo García Barrios, coordinador del Sistema Nacional de
Fomento Musical del Conaculta, recordó que Alas (A Malala) es el himno del
Movimiento Nacional de Agrupaciones Comunitarias. Además, precisó que partió de
una profunda investigación que realizó Arturo Márquez con su hija y que se
enfocó en el marco social y los derechos de los niños, tomando como base la
lucha de una niña pakistaní en pro de los derechos de su comunidad. Alas (A
Malala), es una cumbia que al mismo tiempo se divide en tres niveles, como una
pirámide, para que pueda ser interpretada por niños de diversos niveles
musicales.
El coordinador del Sistema Nacional de Fomento Musical
subrayó para la parte final, cuando se conformó una gran orquesta con los niños
seleccionados de cada una de las cuatro agrupaciones, también se invitó a niños
de los sistemas de Ciudad Nezahualcóyotl, Guadalajara, León y Acapulco.
“Queremos que estos sistemas sean sistemas autogestivos, independientes, que
generen sus propias formas siguiendo ciertas líneas metodológicas que funcionan
para el trabajo social a través de la música”.
Márquez precisó que ahora se tienen a alrededor de 350 niños
en las cuatro orquestas, pero que se buscará llegar a los 400 y luego a 500. “A
estos niños y jóvenes les ha cambiado la vida. Lo hemos visto en muchas partes,
como en Medellín, Colombia, que era considerada la ciudad más peligrosa del
mundo y tras la muerte de Escobar se dieron a la tarea de transformar la ciudad
y eso sucedió a través del arte, principalmente de la música. Tienen 27
escuelas de música en una ciudad que no es más grande que Puebla.
“Este programa está
buscando tener acceso a las zonas más vulnerables. Estamos empezando y
necesitamos mucha ayuda, del Estado y de la sociedad. Podemos ayudar abriendo
los ojos y los brazos para abrazar a los niños”, finalizó.
En el concierto del nacimiento oficial del Sistema Sonemos,
también estuvieron presentes el gobernador de Morelos, Graco Ramírez,
acompañado de su esposa Elena Cepeda; así como la secretaría de Cultura del
estado, Cristina Faesler.